Nardo Faro Lagoa, además de un conocido político en Cangas, es un amante de la caza desde hace muchos años. A las 8.45 horas ya estaba, en compañía de su hijo y de un amigo, pisando el monte con los perros en busca de las primeras piezas. “Muchísima caza, los montes están llenos de conejo”, asegura Nardo Fardo tras concluir la jornada a las siete de la tarde. En su caso recorrió los montes de A Madalena, en la parroquia canguesa de Coiro: “Los perros llegaron a levantar por la mañana hasta 12 conejos, algo que nunca solía ocurrir así”. Faro Lagoa atribuye la proliferación de conejos a la falta de enfermedades como la mixomatosis y al hecho de que este animal, si está sano, se reproduce con mucha facilidad.

Pero la caza no sólo es salir al monte a capturar piezas, incluso muchos cazadores reconocen que lo que le gusta es patear las alderas con los perros y avistar las capturas, pero no matarlas, y mucho menos comerlas. Tras las primeras horas de caza, los profesionales tienen sus citas obligadas en los restaurantes y tabernas de costumbre en donde las pandillas se suelen reunir a reponer fuerzas pero también a comentar cómo está el monte. Nardo Faro Lagoa comió, por ejemplo en Aldán, pero otros muchos se citaron en establecimientos de Coiro. La única jornada negativa la puso en Cangas el importante incendio forestal que se declaró en Donón, que imposibilitó a muchos cazadores acercarse por esta zona.

Francisco Otero, secretario de la Sociedad de Caza de Bueu, asegura, sin embargo que en los montes de este municipio escasearon las piezas. En su caso cogieron, entre tres, dos conejos y una paloma en la zona de Bon. Empezaron sobre las 8,30 con las primeras luces del día haciendo la tradicional parada en un restaurante de Bon en donde se suelen reunir con otros cazadores. Por la tarde la reunión fue en Cruz de Hermelo y el comentario generalizado es que la suerte en este primer día no acompañó a Bueu. Otero, que lleva más de 35 años cazando asegura que antes había muchas más piezas en el monte y que en el sur de España, adonde solía acudir, había también más cantidad y variedad.

Sin aclarar

En el municipio de Moaña sí hubo abundancia. El presidente del Territorio cinegéticamente ordenado (Tecor) de O Morrazo, que abarca Moaña y Marín, no pudo acudir en este primer día por motivos familiares, pero asegura que siguió la jornada a través de compañeros y que los resultados han sido muy buenos, con mucha captura de conejo. Manuel Piñeiro asegura que afortunadamente, tras el masivo envenamiento de perros de la temporada de 2007, nunca más se volvió a producir un hecho así. Asegura que las investigaciones nunca llegaron a resolver el caso de aquellos envenenamientos no se pudo confirmar quién había colocado los cebos con el veneno.