La fama de buen hortelano le persigue a este jubilado marinero de "as lanchas", que cambió la faena de cobrar a los viajeros del transporte de ría por la de cultivar, siempre mucho más agradecida, como se puede comprobar.

Eugenio Pena está orgulloso de sus cosechas, pero este año un poco más que otros. Los limones que arrancó en su día del árbol son, seguro, de libro Guinnes. El más grande pesa 600 gramos y los otros dos algo menos de medio kilogramo,. Este jubilado de 76 años está convencido de que el agua de lavar el pescado es el mejor abono para su cosecha. Pero no es el único. Eugenio Pena mima su huerta. Limpia con esmero las plantas y las riega constantemente en época de calor. Comenta que cuando los árboles son "atacados" por el polvo de la carretera, los limpia cuidadosamente. La jubilación le permite tener tiempo y paciencia para dedicarse a los frutales. Porque no sólo presume de limonero, sino también de un naranjo que tiene, que ofrece una hermosa fruta.

Para consumo

No tiene intención de guardar en ninguna urna de cristal los limones de Guinnes, todo lo contrario, los consumirá. Hará con ellos buenas limonadas. Porque como dice, es cierto que tienen mucha monda, pero sus limones no son secos para nada Tampoco pensó en ningún momento presentarlos a algún concurso.

Sus manos de marinero son grandes y sobre ellas los limones no aparentan su verdadero tamaño. Son las mismas manos que durante muchos años cobraban a los pasajeros que querían cruzar en lancha la ría de Vigo. Eugenio Pena comenzó con la empresa Suso Leta. empresa pionera el hoy polémico transporte de ría.