Más de 300 padres de la comarca participaron ayer en Moaña en la cadena humana organizada por las asociaciones de pais e nais (Anpa) do Morrazo para protestar por la supresión del sistema de préstamo gratuito de libros de texto en los centros educativos, que había aprobado el gobierno de Fraga y que suprimió el actual de Núñez Feijóo. Se trata del primer gran acto de protesta de los padres que ayer confirmaron que a partir del 1 de septiembre, cuando se incorporen los equipos directivos a los centros escolares, van a empezar una serie de contactos para comunicarles su decisión de llevar a sus hijos sin libros al inicio del curso, previsto para el 10 de septiembre.

“Ya veremos cómo responderá Educación. Está en sus manos”, señala Ricardo Casas, tesorero de la Federación de Anpas do Morrazo y presidente de la asociación del Instituto Rodeira de Cangas, que ayer formaba parte de la organización de la protesta: “Esto es vergonzoso y un atraco económico, además de que rompe con un sistema que ayudaba a educar al niño en el cuidado de los libros que se prestaban de un curso a otro”.

La cadena humana se celebró a las 19.30 horas en el paseo de A Xunqueira, con los manifestantes, incluidos también niños, algún docente y Víctor Pastoriza, Arturo González y Diego Riobó como representantes del gobierno municipal moañés, cogidos de la mano a lo largo del paso de madera que bordea la pista deportiva de tierra y portando pancartas a favor de la gratuidad. Como acto simbólico, los manifestantes se fueron pasando de uno a uno un libro gigante realizado en cartón en donde se podía leer “Libro de texto gratuito”. La protesta estuvo apoyada por la Plataforma galega pola gratuidade, que esgrimía una gran pancarta.

Ricardo Casas asegura que en esta reivindicación hay que ser todos solidarios y señala que como presidente de una asociación de padres de un instituto va a pedir que se tomen las mismas medidas para todos los niños. En su caso tiene un hijo en la ESO y una niña en Primaria a la que dice que no le comprará los libros de texto.

Asegura que con el anterior sistema de préstamo, toda Primaria y ESO tenían libros gratuitos y sólo cada cuatro años se renovaban. En este curso tocaba renovar a 1º, 2º, 5º y 6º y los padres ya los tenían que adquirir; 3º y 4º siguen con el sistema de préstamo porque tendrían que renovar en el siguiente curso. Pero la supresión del modelo acabará con esto.

Montserrat Delgado, que es la presidenta de la Federación de Anpas de Moaña, asegura que ella tampoco va a comprar los libros a su hija, que pasa a sexto de Primaria; como tampoco la presidenta de la Federación de Cangas, Elisa Gil: “El coste de los libros puede rondar los 200 euros. El año pasado no pagué nada y ahora mandaré a mi hija sin comprarle los libros”. Gil asegura que la única figura obligatoria en una clase es la del profesor y los alumnos “el libro es sólo un instrumento”. Para la presidenta de la federación de Cangas “la gratuidad de los libros de texto era un derecho constitucional y no nos lo pueden quitar, sobre todo ahora en plena crisis. ¡Qué quiten el dinero de otros sitios, no a la enseñanza!”.

Las federaciones de padres de alumnos de Cangas, Moaña y Bueu descartan que detrás de estas protestas haya alguna intencionalidad política y recuerdan que “en tiempos de crisis lo que hay que mimar es la educación, incluso establecer comedores y transporte gratuitos”. Los colectivos están a la espera de una reunión con el responsable provincial para que les explique las intenciones de la Xunta.

Fervenza culpa al bipartito

Sobre la posibilidad de que Educación dé marcha atrás y recupere el préstamo gratuito, Ricardo Casas dice que dependerá de la lucha de los padres: “Los políticos se olvidan de que están al servicio de los ciudadanos”.

En relación a este malestar el portavoz del PP de Moaña y diputado autonómico, José Fervenza, asegura que “no cabe duda de que todo es mejorable, pero la Xunta cogió una situación en la que Educación estaba sin dinero. El bipartito dejó la consellería sin dinero incluso sin posibilidad de seguir financiando el modelo anterior”.

Respecto a la cadena humana, señala que todo el mundo tiene derecho a hacer sus reivindicaciones, aunque considera que los niños deben de empezar el curso con libros. Considera que hay familias que sí que pueden comprar los libros y por eso hay que dejar el dinero para ayudar a las que no pueden.