El alto representante para la Política Exterior de la Unión Europea, Javier Solana, llegó ayer a Bueu, en donde tiene fijada su residencia para las vacaciones de verano desde el año 1995. El político llegó a su casa de Cela, en Bueu alrededor de las 18.30 horas y tiene previsto quedarse en el municipio durante todo el mes de agosto. Aunque en los dos pasados veranos Solana tuvo que hacer un inciso de un par de días en sus vacaciones, ya que en 2007 tuvo que acudir a Georgia por el conflicto bélico con Rusia. En 2008 viajó a Moldavia debido a las protestas civiles que tuvieron lugar en este pequeño estado del este del continente Europeo.

En esta ocasión espera que nada trastoque sus vacaciones, para poder relajarse y disfrutar de largos paseos por el monte, que suele prolongar durante toda la mañana. De otros años es conocida la costumbre del alto representante de disfrutar de la gastronomía propia de las Rías Baixas en varios restaurantes de las parroquias de Beluso (Bueu) y de Aldán (Cangas), concretamente en el muelle de este último pueblo.

Normalmente después de comer, Javier Solana cultiva las muchas amistades que se ha granjeado en la zona con largas sobremesas y amenas conversaciones. Ésta es una de las razones por las que el cargo de la Unión Europea, no se deja ver mucho por las playas de la comarca.

Además, a Solana le gusta más el monte que la playa, y prefiere huir de las aglomeraciones que se forman en los arenales. Como mucho, el político baja a la playa para darse un chapuzón en los días en los que las temperaturas alcanzan valores más elevados, y cuando las playas se empiezan a vaciar de gente.

Con lo cual, parece que el ilustre vecino no se va a resentir del inestable verano que está viviendo Galicia este año y aprovechará los día para relajarse acompañado de un buen libro.