Fue una presentación de palabras y frases encadenadas a una velocidad y con una improvisación que sólo podían salir de la boca de Moncho Borrajo. El humorista, de Baños de Molgas, quiso estar ayer en el Concello de Moaña para presentar con la organización y con el gaiteiro local Xosé Manuel Budiño, que compartirá escenario con él, la tercera edición del festival benéfico que organiza la Asociación de familias con enfermos de alzhéimer (Afamo) y que será presentado por el popular vecino Luis de Nacidas. En el acto de ayer también estuvieron la concejala de Servicios Sociais, Libertad Cruz, y Martina Ferradás y José Romero “Pucho”, coordinadora y directivo de Afamo, respectivamente. Fue la insistencia de éste la que consiguió que el cómico estuviera en el festival.

Borrajo acaparó la atención aunque de primeras mostró su discrepancia con el cartel porque su nombre figurara en letras más grandes que los demás artistas que se subirán al escenario la noche del 26 de abril en el Auditorio de Cangas: Budiño y el grupo Celtic Dance Fusion. Porque para él, lo importante no es pasar a la historia como cómico, sino como persona. Borrajo recordó que el pasado 14 de febrero dejó de hacer de cómico. En A Coruña fue la última función del espectáculo con el que se despidió de los escenarios y lo hizo en el Coliseo de la ciudad herculina ante miles de espectadores. Desde entonces vive en Vigo, la ciudad adonde se trasladaron sus padres cuando él era niño y en donde estudió el bachillerato. De la ciudad olívica asegura que “creció, pero su entorno cultural sigue muy parecido” y aludió a algún bar de homosexuales en donde, bromeó, conoció a un político que hoy está casado. En Vigo se reencontró con los amigos del colegio y vive tranquilo, con el respeto de la gente: “Siempre fui una persona muy normal. Voy a comprar a la Plaza, la gente me respeta”. Vive como lo hace su amiga Pepa Flores y recordó que paseando del brazo con ella por Málaga le comentó que cuando se quería se conseguía “y nadie nos molestó. A mí en Vigo no me piden autógrafos”.

Ayer en Moaña volvió a ejercer de cómico ante las personas que acudieron a la presentación de este festival y lo hizo también con la vena crítica que le caracteriza porque a él “la caridad mal entendida me cabrea”. No debería haber festivales para financiar este tipo de trabajos con personas enfermas que deben costear los gobiernos, dijo.

Sobre el escenario de Cangas no lucirá todas sus famosas chaquetas pero sí que aparecerá ante el público con esmoquin para ofrecer un espectáculo en el que se meterá con las pijas de Sanjenjo, los chalés adosados...”porque en 38 años de cómico nunca conté chistes de personas minusválidas”. No faltarán las alusiones a los políticos locales y espera que estén todos allí pagando los 10 euros que cuesta la entrada. Las primeras bromas las lanzó ayer a la concejala Libertad Cruz que aguantó estoicamente cómo Borrajo se metía con sus “bloques”. De política sí que dijo que no se guiaba por las ideologías en su vida, aunque tuvo palabras para el nuevo presidente con el que dijo que la Xunta irá para arriba porque su apellido es el de una gaseosa: “No tenemos cava catalán, pero sí gaseosas Feijóo”. El humorista nunca trabajó en la comarca pero recordó sus desplazamientos de niño a la playa de los Alemanes y sus travesías a nado a la illa dos Ratos: “Ahora que estoy en Vigo amenazo con volver”.