La Guardia Civil puso en marcha un dispositivo especial en O Morrazo para evitar que se produzcan secuestros como el sucedido recientemente en Nigrán, donde una banda armada asaltó un chalé de un empresario y ató a su familia para hacerse con un sustancioso botín.

Hasta 40 agentes de la benemérita participan en este operativo que cuenta con el apoyo del helicóptero nocturno de la Guardia Civil. Los controles se llevan a cabo en las entradas y salidas de la península de O Morrazo, con agentes armados en las rotondas de acceso a la vía rápida y también en las principales carreteras de la comarca. El dispositivo se hace más patente conforme anochece, que es cuando se acostumbran a perpetrar acciones como las de Nigrán y que hace dos años sembraron el pánico en la costa brava catalana.

“Zona sensible”

El dispositivo especial en la península de O Morrazo, sobre todo en Cangas y Moaña, se debe principalmente a que es una zona donde abundan las segundas residencias, que son objeto de deseo de estos profesionales del robo con fuerza e intimidación. La propia Guardia Civil califica la zona como “sensible” a estos robos.

Lo que más preocupa a la Guardia Civil es que los asaltos de las bandas armadas se realicen cuando haya gente en las viviendas. Son asaltos que no acostumbraban a realizarse en Galicia y cuyo modus operandi se repite ahora en varias localidades de Galicia, lo que ha alarmado a la población y puesto en guardia a los cuerpos de seguridad del Estado.

Las casas de conocidos empresarios y de profesionales de reconocida solvencia económica se presta especial atención dentro de lo que puede abarcar el dispositivo especial de la Guardia Civil.

Por su parte, la Policía Local de Cangas también es consciente del problema. Aunque sus competencias no alcanzan a la zona rural, también establecerán controles en el casco urbano con el fin de detectar la presencia de este tipo de bandas profesionales en el municipio cangués.

Dos secuestros a mediados de los años noventa

A mediados de los años noventa, un solo hombre protagonizó dos secuestros en Cangas. En el primer caso entró en la parte trasera del vehículo de un empresario al que puso una navaja en el cuello y una pistola en la nuca (más tarde se demostraría que el arma era de fogueo) cuando iba a entrar en su casa. El secuestrador llevó al empresario desde el principio de la avenida de Vigo hasta un taller en Darbo, para después obligarlo a entrar en Cangas por dirección prohibida hasta donde estaba antes la oficina de Caja Pontevedra, con el fin de forzarlo a que sacara dinero del cajero automático, ocasión que aprovechó el empresario para huir. Antes, ya había protagonizado un atraco espectacular asaltando la casa de una familia en la avenida de Vigo, donde retuvo a los miembros de la misma y obligaba a uno de ellos a acompañarlo a un cajero a sacar dinero.

En los últimos años hubo numerosos y pequeños hurtos en las casas de Rodeira, pero nunca con fuerza.