Era el día grande de la romería de los Remedios, en Tirán, pero la lluvia, un año más, apareció en escena haciéndose con el papel protagonista e impidiendo que saliese la procesión en honor a la Virgen. Aún así, cientos de personas llegadas de todos los rincones del municipio acudieron a pequeña la capilla situada en los montes de Tirán para celebrar la festividad de la patrona y, de paso, disfrutar del pulpo y del vino servido en los furanchos.

La jornada comenzó pasadas las doce de la mañana, cuando el entorno del monte de los Remedios se fue copando con devotos de la Virgen y vecinos que querían disfrutar de la romería. La lluvia caía “a chuzos”, pero bajo la carpa instalada al lado de la capilla, los asistentes esperaban a que escampase y que la procesión pudiese completar su tradicional recorrido hasta el cruceiro. Sin embargo, pasados unos minutos comenzó la misa solemne, que todos los allí presentes, unos a las puertas del templo con paraguas y otros abrigados bajo los toldos, siguieron atentamente. Al finalizar, el oficio, el aguacero seguía siendo intenso por lo que se confirmó la temida suspensión de la procesión.

Las imágenes de los Remedios y el Cristo de las Buenas Aguas no pudieron salir del templo, por lo que tuvieron que ser los devotos los que entrasen por turnos en la pequeña capilla para realizar sus ofrendas y promesas. Mientras tanto, en el exterior, la fiesta no se vio afectada por la lluvia. Al compás de los temas interpretados por la Banda de Música Artística de Merza, los allí presentes degustaron el pulpo y las tapas ofrecidas en los diferentes puestos de la romería, donde no faltó el buen vino cosechado en la parroquia.

Los mayores no fueron los únicos que pudieron disfrutar de la jornada, ya que los niños y niñas todavía permanecían de vacaciones al ser lunes de Pascua. No pudieron hacer uso de los hinchables que cada año se instalan en la zona, pero bajo la carpa encontraron un espacio a su medida.

Por la tarde, ya sin la presencia de la lluvia, se celebró el rosario, la novena y la misa de las siete.Al concluir, la Banda Artística de Merza, la agrupación popular más antigua de Galicia, ofreció un concierto que amenizó la velada hasta que oscureció y comenzó la verbena nocturna.Las orquestas Gran Parada y Sintonía fueron las encargadas de cerrar el día grande de los Remedios.