Domingo William Bailón Bravo se encontró con un pulpo de casi 10 kilos cuando practicaba pesca submarina cerca del puerto de Aldán. El cefalópodo se entretenía devorando una nécora, por lo que lo cogió desprevenido y pudo capturarlo con la mano, introducirlo en una red y subirlo a la superficie. Pesó 9,6 kilogramos. Hoy podrá degustarse en una tapería de la Praza da Constitución, de Vigo.