Un año después de la polémica instalación de contenedores soterrados en la calle Estrela, en el entorno de la iglesia ex colegiata, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural ha notificado al Concello la apertura de un expediente sancionador por haber otorgado la licencia para la ejecución de las obras "sen control arqueolóxico e sen contar coa preceptiva autorización" de la Xunta. Los hechos a los que se refiere constituirían una infracción administrativa para la que se contemplan multas de hasta 60.101 euros, así como la obligación de reparar y restituir los daños causados al patrimonio cultural de Galicia y la correspondiente indemnización, en caso de que se hayan producido.

Patrimonio argumenta que la ex colegiata y su entorno conforman un espacio patrimonial protegido para el que se necesita un estudio y autorización de cualquier actuación que se proyecte. "O outorgamento das licenzas municipais sen a autorización preceptiva da Consellería de Cultura para as obras en bens inventariados, incluido o seu contorno" podrían constituir una infracción administrativa tipificada como leve.

La instrucción del expediente corresponde a José Antonio Rodríguez Cadarso, funcionario de la Delegación provincial, y el Concello dispone de un plazo de 15 días, a contar desde el siguiente a la notificación del acuerdo, "para achegar, perante a instructora do expediente, cantas alegacións, documentos ou informacións estimen convenientes, e de ser o caso propoñer proba". En caso contrario, añade el documento, "o acordo de iniciación poderá ser considerado proposta de resolución cando conteña un pronunciamento preciso acerca da responsabilidade imputada".

La Consellería de Cultura ya confirmó a mediados de octubre de 2007 que los contenedores instalados en la Praza da Estrela -bajo vigilancia policial debido a la oposición de algunos vecinos_- están en un lugar diferente al designado por la Dirección Xeral de Patrimonio. Añadió entonces que estaban a expensas de un informe de la Policía Autonómica y que la delegada provincial y la alcaldesa buscaban una solución al problema, que finalmente no se dio a conocer. Tras una reunión celebrada ese mismo mes en Pontevedra entre la delegada provincial de Cultura y Clara Millán -acompañada por la arquitecta del Pepri, Mabel Medraño__-, trascendió que la instalación soterrada estaba permitida, pero en otra ubicación.