Los servicios del 112 recibieron a las 14.30 horas de ayer la llamada de un hombre que aseguraba "haber cortado el cuello a su mujer". El aviso procedía de un vecino de Moaña que responde a las iniciales F.J.B.R., de 36 años, y reclamaba una ambulancia urgente. Tras la llamada, el 112 movilizó al 061 y a la Guardia Civil, quien a su vez, convocó a la Policía Local. Hasta la vivienda también de desplazó en su coche propio el médico del Centro de Salud.

El suceso se produjo en el inmueble 182 de la calle Ramón Cabanillas, en el centro de Moaña, donde pronto se reunieron los diferentes agentes de seguridad y los servicios de urgencias. Sin embargo, según el 112, "cuando llegó la Guardia Civil al lugar de los hechos nos indicó que no había indicios de malos tratos". La situación resultó ser bastante diferente a lo que el supuesto agresor había anunciado. En el inmueble se encontraban F.J.B.R. junto a su mujer, que estaba en perfecto estado, y su madre, que resultó ser la persona que necesitaba la ambulancia. Según fuentes de la Guardia Civil, los servicios de urgencias examinaron a la mujer, de casi 80 años, comprobando que estaba "muy medicada" y "apenas podía razonar". F.J.B.R. declaró que pidió la ambulancia de esa manera para que llegara antes porque su madre no se encontraba bien. Declaró que ella sufrió un ataque de ansiedad después de que le dijera, en una discusión a la hora de comer, que él padecía un cáncer y que le quedaban pocos meses de vida.

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En el edificio en el que habitan F.J.B.R. y su familia, viven dos personas más, una mujer mayor y un joven. Éste aseguró que "no me había enterado de nada hasta que vi a los agentes y los servicios de urgencias" y añadió que "se trata de una familia normal".

Las falsas alarmas están penalizadas, sin embargo, según explican desde los servicios del 112, "depende de las circunstancias en las que se realice la llamada y en este caso, podemos decir que el hombre no se encuentra demasiado bien". Por su parte, la Guardia Civil, tenía intención ayer de abrir diligencias por una falsa alarma, que está tipificada como una sanción muy grave en la Ley de Emergencias de Galicia, con multas de entre 15.000 y 600.000 euros. Sin embargo las fuentes consultadas aseguran que " si es sancionado será muy levemente".