Iván Riobó / O Morrazo

La niña moañesa que permanecía escondida junto a su madre desde hace casi un mes fue entregada ayer a su padre por la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Cangas. De esta forma se ejecutó la resolución judicial dictada ante el incumplimiento reiterado del régimen de visitas por parte de la madre. Alrededor de las tres y cuarto de la tarde, Antonio Martínez abandonaba los juzgados junto a su hija en un coche de la brigada judicial de la Guardia Civil. En el interior del edificio, la progenitora, María García, sufría en esos momentos un ataque de nervios, teniendo que ser atendida por el médico forense. Pasadas las 17.30 horas salía de los juzgados, una vez que la jueza decretó su puesta en libertad con cargos -está imputada en un presunto delito de sustracción de menor y desobediencia a la autoridad.

El intercambio de la menor se produjo después de que la madre decidiese abandonar su escondite y comparecer ante la jueza y la fiscal "porque estoy amenazada por la Justicia con sacarme la custodia y la patria potestad de mi hija", tal y como ella misma explica en una carta facilitada por su familia a los medios de comunicación. Según hizo público la Guardia Civil, María García fue detenida [por agentes de paisano] a las 13.00 horas cuando se dirigía a la sede judicial y trasladada al cuartel de Cangas. Tras la instrucción de las diligencias correspondientes fue puesta a disposición de la jueza.

Tanto la familia de María García como la presidenta de Alecrín, Ana Míguez, niegan este extremo y aseguran que nunca fue detenida. "A xuíza e a fiscal sabían que ía entregar a nena porque así llo comunicamos", explicó la representante del colectivo feminista a las puertas del juzgado. Míguez indicó que la joven moañesa se presentó en la sede judicial a mediodía acompañada por su abogado y su hermana, y que el acuerdo previo alcanzado con la jueza y la fiscal contemplaba que estaría presente un psicólogo para supervisar el intercambio de la menor. "Cando chegou a nena non había nada e a pequena chorou o que quixo", se lamenta la presidenta de Alecrín.