La primera impresión que Loli y Beatriz tuvieron de la ciudad de Tula fue de una miseria enorme. No había hoteles y las doce familias españolas que hicieron aquel viaje se alojaron en la casa del Gobernador, pagando un dinero. Ya iban avisadas por otros padres de la miseria: "El centro se caía a trozos, no tenía ventanas". Cuando estas mujeres acudieron a Rusia, el doctor Ulzibat ya había fallecido pero seguían operando sus discípulos. La intervención sólo duraba media hora, recuerdan estas madres, que el mismo día de la intervención ya se podían llevar a los niños aunque tenían que estar en Tula siete días. En aquella primera operación, a José Manuel le tocaron las piernas, espalda, un brazo, ojos y un lado de la boca. A Beatriz le tocaron puntos en la boca, brazo izquierdo, piernas y pies: "Cortan la contractura y liberan el músculo".

De regreso a España y antes de un mes, José Manuel empezó a gatear y a los dos meses el niño andaba, dice su madre.

Al igual que su "compañero de fatigas", Beatriz también nació prematura con 28 semanas y 1,90 kilos de peso. Ella ya pasó por muchas operaciones cuando aún estaba en la incubadora. El diagnóstico fue leucomalacia periventricular, una lesión cerebral, y el tratamiento, rehabilitación. Por su delicado estado, lo empezó haciendo en Cangas y a los 7 meses ya en el Xeral en Vigo: un mes, tres días a la semana y otro, sólo dos. Tras la operación en Rusia, su madre dice que la niña empezó a tener el brazo más relajado, los pies apoyados y las piernas menos tensas.

Nueve meses después, ambas mujeres regresaron con sus hijos para seguir con nuevas intervenciones en otros puntos del cuerpo, como estaba previsto. Las últimas fueron en Murcia a finales del año pasado, con los doctores rusos desplazados a España. El problema de estos niños es que el hueso crece pero el músculo no y surgen contracturas dolorosas. Beatriz asegura que seguirá con estas operaciones porque le quitan el dolor a su hija: "Puedo superar muchas cosas, pero no ver a mi hija con dolor".

Ambas familias también acuden a un centro privado de rehabilitación en Guadalajara. Beatriz acaba de llegar después de un mes allí. También han pasado por otro centro privado de Madrid gracias al cual y sólo con una bolsa para respirar "Beatriz pasó a comer dos platos".