La revisión catastral seguirá adelante en Moaña. El pleno de la corporación municipal rechazó ayer paralizar ese proceso tal y como proponían el PP y la plataforma anti-catastro y lo hizo con los votos del gobierno local y de InMo, que se posicionaban tras cuatro horas de debate ante cerca de un millar de personas que acudieron a la sesión plenaria que, sin incidentes, se celebró en el pabellón de Reibón. Atrás habían quedado una veintena de intervenciones de vecinos contrarios a la revisión que no sirvieron para mudar el principal argumento del bipartito, que defendió por boca del alcalde que suspender ese proceso sería "un gravísimo error que acabarían pagando todos los vecinos de Moaña".

Xosé Manuel Millán tomaba la palabra cerca de las once de la noche después de haber hablado al inicio de la sesión para explicar el desarrollo de la misma, y entre medias para pedir "respeto" y "silencio" al público. Apenas iniciada su intervención, y tras explicar que la revisión del catastro no es responsabilidad del concello y que se trata de un proceso similar al que se está llevando a cabo en otros municipios, un sector importante del público, el mismo que llevaba una semana reclamando el pleno en el pabellón, abandonaba el recinto en medio de abucheos y pitidos al alcalde.

"¿Qué es lo que ocurre?", preguntó Millán. Consciente de la maniobra prosiguió con su discurso en favor de la revisión catastral y comprometió el apoyo del concello moañés a aquellos vecinos que quieran corregir las "inexactitudes" y los "errores" que, reconoció, existen en cantidad en la nueva ponencia de valores. "Volver todo atrás sería llevarnos a una situación caótica que acabarían pagando Moaña y los moañeses", insistió. Apeló también a la "colaboración" y a la "convivencia" de todos los grupos políticos en lo que resta de legislatura y agradeció el llamamiento al diálogo que, minutos antes, había lanzado el portavoz del PP.

El líder popular, José Fervenza, había abierto media hora antes las intervenciones de los grupos políticos para defender la moción en la que su grupo reclamaba que se suspendiera la revisión del catastro. Antes de relatar su propuesta, el concejal había dejado claro que no estaba allí defendiendo ninguna ideología política. "La política jamás me apartará del lado de los vecinos", afirmó. También dijo sentirse "orgulloso" de la "paz" que ayer se respiraba en Reibón y volvió a reprochar al alcalde la "encerrona" que se vivió en Quintela en el último pleno.

"Aquí estamos para lo que haga falta". El portavoz del PP tendía así la mano al gobierno municipal, al que antes había acusado de convertir a Moaña "en el primer concello de la comarca que sube la contribución, pero el último en tener guardería municipal y campo de fútbol". Fervenza remataba su intervención entre aplausos y volvería a tomar la palabra tras escuchar al portavoz de InMo, Euloxio Santos Leites, quien ayer compartió la postura de un gobierno que, dijo pese a todo, "no me gusta porque está formado por dos grupos que difícilmente se ponen de acuerdo".

El edil de InMo acusó al PP de promover la oposición vecinal al catastro con ánimo de procurar "un asalto al poder a cualquier precio" y reprochó a Fervenza que hubiese dado "la espantada" cuando, en reiteradas ocasiones y en los últimos días, el gobierno local le había requerido para dialogar. "El asalto es el que se está haciendo a los vecinos de Moaña y tu eres cómplice, porque por la mañana eres gobierno y por las tardes oposición", le espetó Fervenza en su réplica, en la que reiteró los perjuicios del "catastrazo". El portavoz del PSOE, Víctor Pastoriza, cerraba las intervenciones haciendo un repaso a la historia del catastro y recalcando que su revisión "es competencia exclusiva del Estado".

Faltaban diez minutos para las doce de la noche cuando la votación, con el resultado conocido, ponía fin a una sesión que se había iniciado a las ocho de la tarde bajo la atenta vigilancia de trece agentes de la Policía Local. Poco después, los 250 asientos de las gradas y las 550 sillas instaladas para la ocasión estaban casi repletas, al tiempo que algo más de un centenar de vecinos presenciaban el desarrollo de la sesión de pie desde la zona alta del pabellón.

El grupo de gobierno y el edil de InMo hacían su entrada en el recinto por una pequeña puerta lateral situada al lado del palco en el que se improvisaron los asientos de los corporativos. Eran recibidos con un pequeño aplauso procedente de una zona de la grada donde se congregaban partidarios del ejecutivo. Con una ovación, en cambio, celebraba la mayoría del público la llegada de los ediles del PP. Se escenificaba ya de principio lo que sería el desarrollo de la sesión, que se preveía larga cuando el alcalde explicaba que en primer lugar se daría paso a las intervenciones de las personas que habían pedido la palabra, cuarenta en total.

Finalmente fueron una veintena los vecinos que tomaron el micrófono situado a pie del palco, todos ellos para exigir la suspensión de la revisión catastral, para reprochar al alcalde los acontecimientos de los últimos días -pleno de Quintela y cierre del consistorio por las tardes- y para exponer sus problemas concretos con el Catastro. Las intervenciones se sucedieron con normalidad, aunque Xosé Manuel Millán hubo de pedir "respeto" al público en reiteradas ocasiones, en especial a aquellos que habían acudido a apoyarle.