Cuíña destacó el éxito del Orgullo de Lalín y reprendió a Crespo por criticar un vídeo relacionado con este evento asegurando que era de mal gusto y hecho con dinero público, cuando el montaje pertenecía a una compañía de teatro con el que promocionó una obra de esta fiesta. "No me gustó, pero respeto la transgresión", adujo, y dijo al PP que mientras al Cocido se destinan 200.000 euros, el Orgullo se lleva menos de 40.000 y está desmarcado de la cita gastronómica. Sobre la celebración para reivindicar la diversidad sexual, Crespo se ciñó en el episodio del cierre de las rúas separadas por el Kilómetro 0 a las 9.00 horas, cuando las vallas que interrumpen la circulación se colocan cada viernes a las ocho de la tarde. Recordó que esta decisión generó un gran malestar entre los comerciantes y tuvo que ser algún miembro del gobierno el que dio la orden. Cuestionó que la edil Celia Alonso afirmase que fue un error imputado a un policía local, cuando, alega Crespo, un agente no toma una decisión así. "Si fue un error del gobierno deberían asumirlo con nobleza", dijo, y no actuar como en muchas ocasiones desde la mentira, "porque termina volviéndose contra ti".

El popular habló de la decisión del ejecutivo de comenzar a colocar las placas en las cuatro rúas del núcleo urbano que serán rebautizadas: Bos Aires, C, D y F. Crespo volvió a reiterar que tirar de decreto de la Alcaldía para deslegitima al gobierno e indica que la medida llega con "alevosía, premeditación y nocturnidad". El PP había pedido en pleno, con el apoyo del edil no adscrito, revocar los decretos y un informe jurídico al tener dudas legales. "Gastar en cuatro placas que cuestan cuatro pesetas es fácil", dijo, y vio más beneficioso acometer obras en otras rúas. Cree que si las calles conservan en sus placas la nueva denominación y su nomenclatura anterior solo se generará confusión a los vecinos.