La Asociación Moncho Nela de Lalín alertó ayer de un vertido que llegó al río Pontiñas la semana pasada. Desde el colectivo aseguran que miembros del mismo pudieron ver como el conducto de la depuradora que vierte al río en la zona del lago de O Espiño liberaba aguas fecales y toallitas. Un hecho que se dio en un momento en el que el sistema, para ellos, no debería tener sobrecarga, pues consideran que las lluvias más abundantes se dieran ya tiempo atrás.

Asimismo, uno de los miembros del grupo, Maxi Blanco, indica que "este no es un caso excepcional, sino más bien habitual para los usuarios del paseo", que en diversas ocasiones pudieron comprobar como las aguas salen turbias, por lo que los lleva a pensar que llegan al río sin depurar. Por esta misma razón, alertan de los peligros que suponen las aguas fecales "contienen concentraciones peligrosas de coliformes, organismos que pueden llegar a causar graves gastrointestinales", dice Blanco. Por ello expone que "desde la Asociación Moncho Nela queremos que esta situación se aclare y que de ser cierto los hechos, instamos a que se detengan estos vertidos y se penalice a la empresa concesionaria si en el contrato constase algún tipo de penalización debido a las acciones irrespetuosas con el medio ambiente".

Por su parte, la concejal de Medio Ambiente, Celia Alonso, asegura que en el Concello de Lalín no fueron notificados de estos últimos vertidos. Sin embargo, sostiene que esto es "más habitual de lo que nos gustaría". Contradiciendo a lo que dice la Asociación, Alonso argumenta que "las intensas lluvias de los últimos días seguramente provocasen este vertido, algo que pasa cuando llegan precipitaciones de carácter tormentoso". En este sentido, el gobierno es consciente de la situación, por eso la edil manifiesta que "sabemos que esto ocurre y por eso también sabemos que tenemos que actuar en la depuradora y para eso están los fondos Feder". El concello quiere separar las aguas pluviales de las fecales, ya que cuando una tormenta descarga precipitaciones intensas en un tiempo reducido "las bombas saltan y hay muy poca separativa", explica la concejala.

En este sentido, el gobierno lalinense quiere construir un tanque de tormentas, es decir, una piscina que recoge el agua caída para que pueda mandarla poco a poco a la depuradora y esta no colapse. Alonso incide en que "hay muchos problemas de saneamiento, pero también sería necesario actuar en las depuradoras que como la de Prado o Vilatuxe están muy deterioradas".

Además, apunta que "estamos esperando el director de Aguas de Galicia vuelva a indicar que el Concello de Lalín es prioritario en los 4,5 millones que hay en el fondo Feder". No será la única actuación en el entorno del Pontiñas, pues también recuerda que está pendiente la actuación de descolmatado del lago inferior, pues a pesar de las críticas, mantiene la intención tras consultarlo con técnicos de la Xunta, "es lo mejor para mantener un lago que se ha naturalizado".