Ofrecer respuestas en los momentos de mayor incertidumbre no es tarea sencilla. Exige medios, esfuerzo y, sobre todo coordinación. Sumar experiencia y disposición resulta fundamental, pero no es menos importante que el despliegue de efectivos esté respaldado por una organización que permita obtener de ellos el mejor resultado. El curso de búsqueda y localización de personas desaparecidas celebrado este fin de semana en al Academia Galega de Seguridade Pública (Agasp) de A Estrada puso el acento en la coordinación de los recursos, abordando también la incorporación de los últimos avances tecnológicos a estos operativos.

El director xeral de Emerxencias e Interior, Luis Menor, explicó ayer que la sesiones teóricas del viernes y el sábado permitieron abordar la metodología de búsqueda de desaparecidos desde distintas perspectivas. Se analizaron también los recursos disponibles y se incidió en la necesidad de ponerlos en práctica de manera coordinada. La sesión del sábado perfiló un dispositivo de búsqueda real, realizado en las Fragas do Eume, analizando las distintas actuaciones y la incorporación a este operativo de los drones de que dispone la Axencia Galega de Emerxencias (Axega), junto con las unidades caninas, más habituales hasta el momento cuando se sigue el rastro de una vida.

Ayer tocó pasar de la teoría a la práctica. La Agasp acogió un simulacro de búsqueda. Todos los recursos disponibles fueron actuando sobre el terreno siguiendo las directrices del puesto de mando avanzado, un punto de coordinación por cuya constitución comenzaron las prácticas. La sesión permitió comprobar la importancia de coordinar la actuación de cada una de las organizaciones que operan en una búsqueda así como evidenciar el potencial que aportan las nuevas tecnologías.