El ejecutivo de la empresa lalinense Inasus Xabier García fue uno de los ponentes de unas jornadas técnicas que reunieron a cerca de un centenar de emprendedores y profesionales de la industria metalúrgica. En primer lugar hilvanó aspectos de la historia de una sociedad nacida en 1970, entonces dedicada a la fabricación e instalación de ventanas o puertas de aluminio y que en la actualidad sus diseños llegaron a nueve países de tres continentes o que Inasus tiene oficinas permanentes en Madrid, Londres y París. La compañía suma hasta 167 trabajadores, plantilla que si se suman los puestos indirectos se va hasta los 250. Para este año la cifra de negocio, con datos actuales, ronda ya los 36 millones de euros.

García incidió en que si bien los procesos de fabricación cambiaron mucho en estos casi 50 años, su empresa camina en ocasiones entre la frontera 4.0, aunque siempre con el objetivo de fabricar más, mejor y más barato.

En una disertación aplaudida por el público, el representante de la firma lalinense recordó que el primer reto tecnológico al que se enfrentó Inasus fue la fabricación de una ventana redonda. Ya en la década de los años 90 del siglo pasado entró en escena el muro cortina, los trabajos modulares y con la entrada del nuevo siglo se implantaron sistemas de fabricación mediante soportes informáticos, trabajo mecanizado y el diseño en dos y tres dimensiones. El último reto, según García, son las exigencias de un mercado que se sitúa ya en diseños en tres dimensiones o de tecnología denominada BIM, "que es el futuro de la edificación".

Desde aquellas poco exigentes estructuras de aluminio se pasó a fachadas más vanguardistas e, indicó, Inasus fue capaz de colocarse en la vanguardia para ser capaz de participar en proyectos como la Torre Cepsa de Madrid; un edificio de 250 metros de alto. La sede del BBVA en México, la T4 de Barajas, la sede del Banco Popular en Madrid o la Cidade da Cultura son algunos de las obras con sello Inasus. García puso como ejemplo de reto tecnológico la terminal del aeropuerto londinense de Heathrow, en la que se solicitó un modelo que fuese capaz de soportar un posible atentado. El futuro inmediato y más presente en algunos países más avanzados pasa por la construcción de fachadas tan sorprendentes y a la vez inteligentes como algunas que emplean algas para generar energía, en las que se puede cultivar alimentos para cubrir las necesidades de la población. Fachadas que simulan termiteros para rebajar la temperatura interior en los edificios, como uno en Zimbabue, o estructuras aislantes basadas en la piel y el pelo de los osos polares son otros de los ejemplos de las evoluciones tecnológicas a los que Inasus podría tener que enfrentarse a corto plazo.