El estudio lalinense indica que la futura planta, de la que eleva a 3,2 millones sobre los 2,7 iniciales la inversión prevista para generar 30 empleos directos y "muchos" indirectos, no almacena neumáticos fuera de uso, sino que estos recursos proceden de un almacén existente en el polígono Lalín 2000. Y que la previsión de consumo de 60 toneladas de neumáticos diarios deben ser transformados cada jornada. "Almacenar no interesa, supone consumo de recursos". También dice que el riesgo de incendio es bajo porque no existe posibilidad de una combustión espontánea. "El recinto está cerrado y el poco almacenamiento controlado, con las correspondientes medidas de seguridad que le son exigibles".
Emisión de gases
En su férrea defensa del proyecto, el estudio garantiza que la industria no producirá emisiones de gases a la atmósfera porque no existen procesos térmicos ni químicos y solo mecánicos. O que el funcionamiento de la actividad no afecta a la depuradora del polígono de Botos porque lo único adicional será la conexión a la canalización de la zona de los aseos. Sí dice que otro problema es que, por ejemplo, no haya red de pluviales independientes y se mezclen con el vertido de todo tipo de aguas por un mal funcionamiento primitivo de la depuradora. Por último señala que por la plataforma de rodadura accederán 3 ó 4 camiones de neumáticos y saldrán hasta dos de materia prima. Para esta actividad hay mecanismos de limpieza como en cualquier otra industria, con un resultado de "aguas limpias".
