El edil de Turismo de Lalín, Francisco Vilariño, anuncia que el próximo lunes el Concello remitirá un escrito a Vila de Cruces en el va a requerirle la devolución del material del geólogo holandés Jan Dirk Hilgen. El legado que la familia entregó a Lalín en 2008 (Hilgen había fallecido cuatro años atrás) se trasladó al Museo da Minería mediante un convenio que firmaron sendos concellos el 17 de diciembre de 2012 y que tenía una validez de cinco años, prorrogables.
De este modo, el pacto caducó a finales del año pasado y, pese a que el alcalde cruceño, Jesús Otero, insistía en que había remitido la propuesta de un nuevo convenio, el cuatripartito no tenía -ni tiene- constancia de éste. Otero insiste en que mantuvo una charla con el alcalde, Rafael Cuíña, de cara a mantener el legado en el museo de Fontao, pero Vilariño es tajante. "Incumplieron todo el convenio, porque ni se pusieron las piezas en valor ni se hizo un inventario" de un material que está asegurad por un valor de 40.000 euros y en que figuran no solo microscopios y fotografías (que sí pueden verse en las vitrinas del Museo da Minería), sino también cajas con rocas, diapositivas, fichas y tesis, entre otros. Son, en total, 300 piezas que no deben seguir en Fontao con la única excusa de que no se dispone de otra exposición que cubra su vacío. A Vila de Cruces se le dio a finales de enero un plazo de tres meses, como máximo, para que entregase el legado de Hilgen. Este plazo está ya a punto de rematar y Otero se limita a zanjar la cuestión con un "yo no sé nada", mientras vuelve a insistir en el acuerdo verbal al que había llegado, dice, con su homólogo lalinense.
Una vez que se remita este escrito a Cruces, el edil de Turismo y el geógrafo Antonio Presas, que en su momento fotografió todo el material, se desplazarán al Museo da Minería para ver en qué estado se encuentra. "Nos llevará meses inventariar todo, es evidente que no estará listo en una semana, porque a decir verdad no sabemos lo que hay". Este convenio con Cruces lo firmó el anterior gobierno del PP de Lalín, y gran parte del material no está expuesto de forma directa en el museo cruceño. El convenio sí estimaba la posibilidad de establecer una prórroga del mismo, a la vez que daba prioridad a Vila de Cruces sobre cualquier otro organismo o empresa a la hora de seguir contando con esta exposición. Pero los incumplimientos no solo de Cruces, sino también de Lalín, guiaron al cuatripartito hacia la reclamación de este testamento. De hecho, y como en su momento apuntó el propio Presas, en uno de los puntos del acuerdo se recogía que debía ponerse en marcha una comisión mixta, integrada por un miembro de cada municipio, que debía reunirse las veces que fuese necesario, y como mínimo una vez al año en las dependencias del Museo da Minería, para evaluar el progreso de esos trabajos de inventariado. Nunca llegaron a celebrarse encuentros de este tipo.
Una vez que Lalín finalice el análisis de la conservación y el inventariado del material, el cuatripartito decidirá su nueva ubicación. La idea inicial era trasladarlo al Pazo de Liñares, pero Vilariño es consciente de que el inmueble no dispone del espacio suficiente para todo el legado del holandés.
A decir verdad, el legado que heredó Lalín del que puede ser uno de los mejores geólogos a nivel europeo precisa desde ya un reconocimiento al mismo nivel. Antes de que Vila de Cruces solicitase la cesión, entre los años 2008 y 2012 todas estas pertenencias estuvieron embaladas en cajas y guardadas en una despensa de la UNED, como en su momento recordó Presas. Este experto facilita hasta ocho alternativas distintas para difundir este legado: a la recuperación del material por parte de Lalín o a un nuevo convenio con Cruces suma su traslado al departamento de Geología de la Universidad de Oviedo o su cesión al Instituto Geológico Minero, entre otras opciones.
