El santuario mariano de Nosa Señora do Corpiño, en Santa Baia de Losón, celebró ayer el día grande de su fiesta de invierno, conocida popularmente como "Corpiño pequeno". La celebración religiosa contó con misas desde las 9.00 hora en templo dezano, si bien, el acto central tuvo lugar a las 12.00 horas con la celebración de una misa solemne, con presencia del Grupo de Gaitas de A Carballeira de Cercio incluida. Previamente, a las 11.00 horas tuvo lugar la misa de enfermos.

A pesar de que la afluencia a esta celebración es considerablemente más baja que la del día grande en O Corpiño, el 24 de junio, las condiciones meteorológicas no ayudaban para que los visitantes se acercaran a este conocido lugar del municipio lalinense. De buena mañana los diversos puestos de alimentación tales como rosquillas o churros estaban instalados a un lateral del santuario, no obstante, todos los presentes se agolpaban dentro de la iglesia para escuchar la eucaristía que oficiaba el párroco José Criado. La intermitente lluvia y una espesa niebla no presagiaban buenos augurios de cara a la esperada procesión, donde los feligreses pasan por debajo de la imagen de la Virgen María de O Corpiño para solicitar sus favores. Sin embargo, a pesar de una feble llovizna Criado dio la bendición para que comenzara el acto. Tras salir de la iglesia, los creyentes esperaron al fondo de las escaleras del templo a que llegara la Virgen. Una vez en el aparcamiento de los vehículos, donde además de los turismos esperaba un autobús, comenzó la procesión bajo la música del Grupo de Gaitas da Carballeira de Cercio. En el trayecto hasta en dos ocasiones los feligreses pudieron pasar por debajo de la imagen hasta entrar de nuevo en el santuario. Antes de la entrada de la Virgen al templo, una pareja de la agrupación de música de la parroquia lalinense de Cercio bailó una pieza en honor a la imagen.

Hay que destacar que es la primera vez que la Virgen sale en procesión este año, además de ser la primera vez que sale descoronada, en su lugar, tanto el Niño como la Madre, portarán sendas diademas de flores realizadas en metal dorada. Una de ellas es de rosas, pero con espinas, y la otra realizada con azucenas. Las azucenas son símbolo de la virginidad de María, mientras que las de rosas con espinas recuerdan la corona que llevó Jesús en los últimos momentos de su vida en la tierra.

Misas y confesiones

Una vez terminada la Eucaristía, los asistentes pudieron comprar en los diferentes puestos que estaban ubicados en la zona. Además de probar, si querían el pulpo de un pulpero allí colocado. Ya por la tarde, de nuevo a partir de las 17.00 horas continuaron las misas. Asimismo, el rector del templo, José Criado, realizó confesiones durante toda la jornada.