La corporación de Silleda aprobó ayer por unanimidad el pliego de cláusulas administrativas y la convocatoria de licitación para instalar la planta y la red de calor que funcionará con astilla y que pretende dar servicio a varios edificios públicos e instalaciones privadas. Las obras comenzarán en junio para estar rematadas en septiembre, puesto que en ese mes también se terminará la construcción de la residencia y del centro de día.

Esta instalación, junto al hotel Via Argentum, es una de las dos entidades privadas que podrán engancharse a la red en una primera fase (en la segunda podrán hacerlo comunidades de vecinos). En breve, el Concello firmará con ambas un convenio para concretar su aportación económica a esta iniciativa. De los 816.587 euros que cuesta, la administración local debe abonar l 20%, es decir, 160.000 euros, ya que el 80% restante se cubre con una ayuda del Inega. El hotel y la residencia contribuirán a abonar una parte de esos 160.000 euros, que se calculó en base a su consumo potencial, de modo que a Via Argentum le corresponden unos 30.000 euros y a la residencia en torno a 28.000. Cuíña explicó que se les propuso pagarlos o bien en efectivo o bien a través de un sobrecoste del megavatio, que fue la opción escogida. De este modo, en el recibo las dos entidades pagarán, además, un 20% a mayores para amortizar esa parte que les corresponden "en dos o tres años". Después pagarán el servicio a precio de coste.

La próxima semana y aprovechando una asamblea en la FEMP; Cuíña y el ingeniero que diseñó la red de calor, Ricardo González Santos, visitarán una central de producción de astilla similar a la que se desea instalar en Silleda. La de Trasdeza funcionará a base de madera de pino. La red de calor District Heating está ya muy extendida por el norte de Europa, Cataluña y Castilla-León, y en el caso de Silleda no se descarta aprovechar el calor residual para generar corriente a través de una turbina. En el pleno de ayer también se dio cuenta de la compra de la finca donde se instalará la central. La parcela, de la Fundación Semana Verde, costó 138.36 euros, con IVA incluido.

La red de calor no será la única gran inversión que se realice en Silleda en lo que queda de mandato. Precisamente, en el entorno de la residencia y del recinto ferial y con la colaboración de la Diputación, se humanizará una de las entradas al casco urbano con más tránsito. De los 590.000 euros de presupuesto, el Concello debe asumir 178.296. Para ello, ayer se aprobó una modificación de crédito (la tercera en lo que va de año) por importe de 250.296 euros, que van con cargo al remanente de tesorería. En esa cuantía se consignan también los 72.000 euros de deuda que reclama la Xunta como cuota por la escuela infantil.

Desde el PP, Ignacio Maril dejó constar su enfado por no comunicársele este convenio con la Diputación a los partidos antes que a la prensa, y dejó caer que existen otros enclaves que precisan de forma más urgente que el escogido un lavado de cara. El edil del Bloque, Matías Rodríguez da Torre, reiteró una vez más la necesidad de que los tres partidos aborden las actuaciones urbanísticas que, como en este caso, contemplarán, en parte, la demanda del Bloque de un pulmón verde para el casco urbano.

Sin abandonar cuestiones referidas a infraestructuras, los 11 ediles (faltaban las dos concejalas del PP, Natalia Iglesias y María del Carmen Folla, pero sí acudió José Antonio Ramos) respaldaron la adjudicación a la empresa Taboada y Ramos la segunda fase de las obras en el campo de fútbol de A Bandeira, por un importe de 845.157 euros y con mejoras valoradas en 48.000. La empresa fue la única que se presentó a la convocatoria.

La trampa del Doing Business

Igual que hizo Cruces en el pleno de febrero, Silleda acordó ayer la rebaja del IBI; del IAE y del ICIO a las empresas que decidan asentarse en su suelo industrial. La medida forma parte de la iniciativa autonómica Concellos Doing Business, con la que se intenta atraer firmas a los polígonos. Pero tanto el gobierno como el BNG ven en esta propuesta un arma de doble filo: lo normal es que Xestur bajase el precio del suelo (en Silleda sigue en los 55 euros por metro cuadrado) y no que obligase a los municipios a recortar sus ingresos en estos impuestos directos. Cuíña añadió que, de no sumarse a esta propuesta, los municipios verán cómo se recortan sus ayudas a promoción de empleo. Desde el BNG (que votó en contra) se deja claro que esta media puede favorecer el asentamiento de multinacionales a las que no les importa ni la sostenibilidad ni el medio ambiente. Y puso como ejemplo Ence o la mina de cobre que pretende reabrir en Touro, y contra la que también se aprobó una moción, con la abstención del PP.