Los socios de Cobideza refrendaron ayer la continuidad de Román Santalla como presidente, un cargo que ocupa desde la puesta en marcha de la cooperativa, hace 24 años. Del mismo modo, la directiva seguirá compuesta por María José Lamas (como vicepresidenta); Manuel Miguélez (secretario), María Fe Rodríguez (tesorera); mientras que los vocales serán Luis Cejo; María Luisa Castro; Ramón Abonjo; Ana Asorey; Lourdes Saa e Inés Otero. Ejercerán de interventores Celso Becerra, José Luis Catro y Manuel Orza. Esta junta gestionará la entidad por tres años más.

Durante la asamblea los asistentes abordaron el estado de cuentas del año pasado, que deja en evidencia un progresivo aumento de facturación desde el último lustro, al alcanza los 18.389.000 euros, que son 2,83 millones más que los 15.552.091 de 2016. Santalla explica que los beneficios que se obtuvieron de ese ejercicio fueron de 18.000 euros. El año pasado se caracterizó por un gran esfuerzo inversor para la puesta en marcha de la quesería que compró a Avega en Agolada, y que ahora se centra en ofrecer nuevas variedades como queso de leche fresca, queso de barra o ecológico. Hubo, también, que comprar maquinaria o invertir en seguros. Santalla añade que el año pasado su estación de servicio en Silleda no pudo abrir al público hasta diciembre, de modo que será en este 2018 cuando empiece a dar beneficios. La mayoría de sus clientes son, como es obvio, miembros de la cooperativa.

Revisión del cooperativismo

Preguntado por los planes para el presente año, Santalla tiene claro que es necesario, cuando no urgente, "hablar con las otras cooperativas, porque no puede haber seis entidades de este tipo en Deza, y Xuncoga [la única cooperativa de segundo grado que funciona en la comarca] no hizo lo que tenía que hacer, que era unir el cooperativismo". Lo que quiere hacer Santalla ya se materializó el pasado mes de julio con el nacimiento de Aira, una cooperativa en la que se fusionaron ICOS, Agris, Cogasar, Coelplan y la propia Aira. La nueva entidad pasó de ser, entonces, una cooperativa de segundo grado a una de primero, con 220 empleados y más de 2.800 agricultores.

Pero volvamos a Cobideza. Su punto fuerte está en la producción de leche, con 50 millones de litros el año pasado, de los que 43 se vendieron a la multinacional asturiana Rey Picot, con la que está en vigor un contrato de un año. Buena parte de este alimento se destina a la leche en polvo. Entre los planes para el presente año también se contempla la reforma de los almacenes, que acusan ya el paso del tiempo, y la potenciación de los productos ecológicos, que se abordaron ya en una reunión reciente con altos cargos de Carrefour y que se retomarán en próximas jornadas. "Queremos que las granjas que se cierren sea por jubilación", apostilla Santalla, que hace hincapié en que la cooperativa quiere estar cerca de sus socios, tanto en tareas de asesoramiento como en la prestación de servicios. "Queremos defender sus problemas, como la nueva normativa que impide aplicar purín con los sistemas tradicionales" y que obligará a adquirir nuevos sistemas para la inyección del abono en el suelo.