El pasado 23 de febrero se cumplían 110 años del nacimiento, en una vivienda todavía habitada en la parroquia lalinense de Donramiro, de José Otero Abeledo. El gallego universal que eligió Laxeiro para firmar sus cuadros vivió en al menos tres países distintos y tuvo residencia en un puñado de lugares. Se trasladó con su familia a Botos siendo un niño y a comienzos de los años 20 del siglo pasado emigró a Cuba, para regresar de nuevo a Lalín. La capital argentina, Madrid o Pontevedra o Vigo fueron otras de sus localizaciones antes de fallecer en la ciudad olívica. También en su municipio de nacimiento, ya como homenaje a su persona, la majestuosa estatua de piedra elaborada por el cantero O Vila hace algo más de dos décadas, fue emplazada en dos sitios distintos y vamos camino del tercero.

La obra de arte que recuerda a la perfección al Laxeiro de abrigo largo, sus inseparables sombreros y bufandas o pañuelos fue colocada inicialmente en un lugar que, por singular, llamó la atención hace aproximadamente ahora dos décadas. Con las obras del Paseo do Pontiñas, en su primera fase, se creó un lago en este espacio cerca del auditorio y a la vez fue habilitado un pequeño islote artificial. La escultura del ilustre lalinense, que se refugiaba en Vigo de la humedad de la capital dezana debido al reuma que padecía, fue plantada en medio de un lago en un espacio que pasaba desapercibido incluso para muchos de los habituales de este paseo. Allí, con patos como casi únicos visitantes cotidianos, permaneció hasta que el Concello, hace ahora más de una década, reflexionó en que era necesaria otra ubicación para la pieza y se pensó, con acierto, que la estatua fuese al exterior del museo municipal que, aunque bautizado como Ramón Aller por el vínculo del inmueble con el astrónomo y su familia, es el principal espacio público dedicado al arte y en la fachada principal del mismo hay una enorme foto de Laxeiro.

El gobierno local desveló días atrás, su intención de volver a cambiar de sitio la escultura para llevarla a las céntricas Principal o Loriga, con motivo de las obras de humanización que se acometerán en estas rúas este año. Este anuncio fue interpretado por el PP como una decisión un tanto arriesgada, recordando al cuatripartito que debe estar refrendada por el pleno de la corporación. Aunque no se llegó a insinuar que se votaría en contra, porque la decisión política tiene el recorrido que tiene, los populares volvieron a aprovechar para enseñarle al ejecutivo el filtro por el que deben pasar algunas de sus decisiones.