Tiene familiares en la localidad de Castro de Arriba, a los que suele visitar casi todos los veranos. Pero el destino quiso que el sacerdote Carlos Eduardo Salazar, nacido en Venezuela, decidiese cruzar el charco en primavera. Ya ha oficiado otras misas en la iglesia parroquial de Lalín, pero la de hoy (20.00 horas) tendrá como intención la Virgen del Perpetuo Socorro, una advocación "muy conocida en mi país, pues tenemos un santuario en la aldea de Turmero, en el estado de Aragua", explica. La litografía que representa esta advocación empezó a manar aceite el 27 de enero de 1986, hace más de 20 años. Desde entonces, los devotos han usado ese aceite para curar incluso enfermedades terminales, según apunto este religioso. Cerca del templo existe, además, "un albergue para atender a los fieles más pobres, y del que se encargan un sacerdote y varias religiosas.

Salazar, en Venezuela, se encarga de la parroquia de Barcelona, así como del santuario de Nuestra Señora del Amparo y la parroquia de la Divina Pastora, dos advocaciones que, por cierto, se importaron de España, según explica este sacerdote, que compartirá la celebración eucarística con el párroco Marcos Torres.

La eucaristía no contará con la reproducción que hallaron José López y Marina Ferreiro detrás de una copia del cuadro Cacería de corzos, que el primero compró hace ocho años en un anticuario de Madrid. De todas formas, el templo ya cuenta con una reproducción del Perpetuo Socorro, que cuenta con una devoción muy extendida por todo el continente europeo.