El martes de Carnaval, después de vender un tentempié de primera hora a quienes han disfrutado la noche en el baile de Guimarei, Antonio Sanmartín comienza a preparar la Pascua en su obrador. Desde ese momento en cada jornada realiza algún trabajo. Como los demás profesionales del sector, este pastelero estradense ha de convertirse en arquitecto y constructor para que los padrinos puedan llevarse las tradicionales casitas de chocolate, cuya belleza rivaliza estos días en los escaparates de las confiterías de A Estrada con otras elaboraciones a base de chocolate.

La pastelería Mimela ofrecería una inmobiliaria perfecta para Hansel y Gretel. Los protagonistas del cuento de los Hermanos Grimm lo tendrían difícil para elegir casita de chocolate. Si ya no les resultaría fácil decantarse por una casa a la que hincarle el diente, la cosa se complicaría cuando viesen los castillos pensados para La Bella y la Bestia o Cenicienta, la Torre Eiffel de la popular Ladybug.

De las manos de este confitero estradense surgieron este año varios estadios de fútbol, entre ellos uno para el Estradense. No faltan los campos del Real Madrid y el Barcelona o creaciones bajo demanda para aficionados al Pontevedra o al París Saint Germain.

Sanmartín explica que del obrador de esta pastelería saldrá para esta Pascua más de una tonelada de chocolate en múltiples creaciones. El año pasado -también con una tonelada- agotó existencias. Explica que hasta el Jueves Santo se venden casitas y figuras, mientras que desde el Jueves hasta el Domingo de Pascua suben los tradicionales huevos. Los elaborados artesanalmente en este obrador, además de un buen chocolate, prometen una muy buena sorpresa.

La compra de estas casas está exenta de hipoteca pero no del cargo de conciencia para quien no pueda resistirse a comérsela sin compartirla. Y es que un castillo, por ejemplo, son nada menos que dos kilos de chocolate y un campo de fútbol, kilo y medio. Las casitas o las casetas para mascotas son más ligeras, aunque arrojan más de 400 gramos.

En la confitería La Milagrosa se trabaja también desde hace semanas en estas creaciones de chocolate. Las tradicionales casitas llaman la atención a los más pequeños, que podrán encontrar en ellas a famosos residentes, como los personajes de Patrulla Canina o los PJ Mask, todo un filón para las composiciones de los pasteleros y confiteros locales esta Pascua.

En Petiscos cerca de 200 kilos de chocolate sirvieron para crear todas estas piezas. Su propietario reconoce que estas creaciones han ido comiendo terreno a la tradicional rosca, aunque muchos padrinos siguen aferrándose a este postre para agasajar a los ahijados en estas fechas señaladas.

En los obradores estradenses comienzan ya a preparar la masa para las roscas. El tiempo de fundir chocolate ha terminado y la mayoría ya no aceptan encargos, apostando por vender todas las creaciones que les han supuesto horas y horas de delicado trabajo.

Cada pieza elaborada por estos profesionales es única y su destino común: llenar de ilusión a muchos niños y fundirse en la boca de quien deguste estas piezas de artesanía.

El sector trata de innovar cada año. Los personajes de moda se cuelan en las que algunos conocen como "monas" de Pascua. También lo hacen las tendencias más vanguardistas. Así, Mimela pondrá a la venta el domingo un trampantojo, una elaboración que juega visualmente con el comensal. Quien lo presente en su mesa ofrecerá en apariencia un huevo cocido. Su cuerpo de chocolate con sabor a caramelo esconde al romperse un interior de mousse de coco. Al "cascar" este huevo la yema también se derrama. Eso sí, en realidad es mango líquido.