Racso defendió que su proyecto contaba con las autorizaciones de la Xunta, que en septiembre del año pasado, expuso en su informe que la industria no tendría por qué generar un daño ambiental. La conclusión de la Dirección Xeral de Calidade Ambiental expone: "el proyecto de la planta de reciclado y valorización de neumáticos al final de su vida útil, en el polígono de Botos, no es previsible que genere efectos significativos sobre el medio ambiente y, por tanto, no se considera necesario someter el proyecto a evaluación de impacto ambiental ordinaria".

El 31 de mayo de 2017 el Servizo de Avaliación Ambiental de Proxectos recibe la documentación de parte de la Subdirección Xeral de Residuos y el 8 de junio la de Avaliación Ambiental abre el período de consultas. Solo llegan aportaciones de Patrimonio Natural y del Instituto de Estudos do Territorio y no se pronuncian, por ejemplo, Augas de Galicia o el Concello de Lalín. La Xunta se indica que la factoría se ubicaría entre dos cursos fluviales -Asneiro y Riádigos- que distan unos 100 metros de la parcela o que el núcleo de viviendas más próximo es, Botos, a 400 metros. Los informes sectoriales no prevén la afección a ningún espacio natural o de interés paisajístico. Sí dice que para "minimizar" los posibles impactos sobre la atmósfera por emisión de partículas, la planta contará con un filtro de descontaminación y que las zonas de almacenamiento de neumáticos se realizará en "contenedores estancos o sobre soleras impermeables con sistemas de recogida de lixiviados".