-¿Cómo se sintió con el Premio Modesto R. Figueiredo?
-¿Cuándo escribe?
-Lo hago en los ratos libres que tengo. El relato que me premiaron lo escribí en las vacaciones del año pasado porque no tengo mucho tiempo tampoco para poder escribir. De todas formas, tengo que decir que me gusta mucho escribir. También me gusta mucho leer, y como pasa con lo de escribir, sólo puedo hacerlo cuando dispongo de algo de tiempo. Suelo leer poco cada día, un par de páginas por lo menos porque suelo estar muy ocupada con el trabajo.
-¿Es constante a la hora de escribir o su trabajo sólo le permite hacer de manera esporádica?
-Procuro hacerlo de forma regular. No todos los días porque no puedo, pero por ejemplo los martes por la tarde libro, voy para casa, como, estoy con mi madre y mi abuela en la cocina, y mientras ellas ven la tele yo escribo un poquito. Los fines de semana, cuando puedo librar, también procuro escribir algo. Me gusta mucho escribir de historias del mundo rural, de lo que es el día a día. El relato que me premiaron va de la historia de mi bisabuela, aunque hay partes que están algo noveladas. Es un relato sobre una mujer que vivía en un lugar perdido de una aldea. Por eso me hizo tanta ilusión recibir el premio. Vengo de una familia de tradición de aldea de muchas generaciones, que se sienten orgullosos de su procedencia y así lo transmiten. Mi relato corto es una especie de homenaje a esa tradición que tanto me gusta.
