Tras el paso de la borrasca Félix, a muy pocos vecinos de Deza les queda en la retina la imagen que ofrecieron los ríos de la comarca desde el invierno de 2016, con su caudal bajo mínimos hasta prácticamente el pasado mes de noviembre. Félix, en solo dos días, dejó sobre la zona el equivalente a la mitad de las precipitaciones que cayeron en todo el mes de febrero. Así, en la estación meteorológica de Mouriscade se recogieron durante el fin de semana 59,8 litros por metro cuadrado (l/m2), frente a los 115,4 de todo el mes precedente. Idénticas proporciones se observan en Camanzo (Vila de Cruces), donde en el pasado fin de semana se midieron 51,3 milímetros de precipitaciones, mientras que en todo el mes anterior se alcanzaron los 126,4.

Pero hubo valores más altos en la Serra do Faro, en la frontera entre Rodeiro y Chantada. Entre el sábado y el domingo, en esta zona cayeron nada menos que 84 milímetros de precipitaciones, convirtiéndose así en uno de los puntos con más lluvia de la provincia. La cifra es muy notable, si se tiene en cuenta que en todo febrero en dicha estación se recogieron 129,5 l/m2. Fue también en la estación rodeirense donde se alcanzaron rachas de 97,4 kilómetros por hora. A modo de curiosidad, en Camanzo, pese a estar a una altura bastante inferior a la Serra do Faro, el viento también alcanzó picos de 81,5 km/hora.

La cantidad de agua de esta borrasca, así como de las últimas semanas, provoca que los ríos hayan aumentado hasta tal punto el caudal de que cubran áreas recreativas y las zonas aledañas, bajando con una fuerza inusitada. Es lo que ocurre con el Deza, con el Toxa y su fervenza y con el Ulla, muy ensanchado a su paso por Gres. Mañana se espera una nueva borrasca, con alerta amarilla en el interior de la provincia a partir de las 6 de la mañana por acumulación de precipitaciones de más de 40 milímetros en 12 horas.

Vuelco de tráiler

Por de pronto, la comarca aún acusa el paso de Félix. Desde la noche del domingo y hasta última hora de la tarde de ayer, los bomberos se desplazaron a retirar árboles caídos sobre la carretera EP-6403 de Brocos, en Arnego y Duxame (Vila de Cruces), así como en una pista de Catasós (Lalín). Tuvieron que volver, de nuevo, al edificio número 14 de la Avenida do Parque, en A Bandeira, para achicar agua. A mediodía, se les alertó tanto a este servicio como a la Policía Local de Lalín de un posible escape de gas en la calle B. El olor se debía al escape de metano por la descomposición de materia orgánica, que suele producirse cada vez que se produce un aluvión de precipitaciones en los sumideros. Por otra parte, en Faílde (Rodeiro) volcó un tráiler por la mañana, sin que el conductor resultase herido.