La científica de origen agoladés admite que nunca tuvo que enfrentarse a escoger entre su carrera o su familia. "No tuve que renunciar, no abandoné la posibilidad, porque mi pareja también se dedica a la ciencia y compartimos intereses. Pero tampoco he permitido que se me discrimine". Pero es consciente de que en el ámbito de la ciencia, "el 65% de estudiantes de tesis y postgrado son mujeres" y, sin embargo, el porcentaje se desploma en puestos de responsabilidad. "Hay barreras como que se valoran más los curricula de los hombres que de las mujeres, o el hecho de que ellas tienen más carga de trabajo". Soengas menciona estudios en los publicados en las revistas Nature o Science "en los que se demuestra que hay un sesgo en cómo se evalúan los proyectos y publicaciones, y que se tiende a ser más duros con las mujeres que con los hombres, por eso nosotras tardamos más en publicar". A estas barreras se suman las personales, "porque a veces no hay modelos y la mujeres creen que no están capacitadas para que se las promocione". Hay otra lucha, la de las cuotas de paridad y el eterno tópico de si las cuotas son necesarias o sirven solo para cumplir números. "Las cuotas ayudan a entrar, pero el progreso ya es mérito de cada uno", afirma.