En el apartado de ingresos, Silleda calcula 1,89 millones en tributos directos, 80.000 en impuestos indirectos y 1,21 millones en tasas y precios públicos. Sube la recaudación en impuesto directos debido a la regularización catastral de obras sin licencia y construcciones anexas a granjas. Pero hay que recordar, como hizo Cuíña, que Silleda bonifica el 95% de este recibo, y no es la única medida a favor del agro: este año presupuesta 30.000 euros para la Fundación do Campo, recién creada. El debate se enquistó, precisamente, en los 6.000 euros que se prevén recaudar por el impuesto de plusvalías. Ignacio Maril alertó de que, pese a que la regulación actual de éstas no es legal y se están produciendo reclamaciones, "el Concello aumenta la presión de este impuesto", pidiendo además que se modificasen tasas como las de uso de recintos deportivos o las que se aplican a la venta ambulante. Cuíña replicó que, si algún tribunal sentencia que hay que devolver esos tributos por plusvalías, el Concello podría afrontarlo. Añadió que las tarifas de vendedores ambulantes se consensuaron con los comerciantes y que ya antes los populares criticaban la imposición de tasas por recintos deportivos.

El otro eje de discusión fue, precisamente, por la recaudación en multas de tráfico, en torno a unos 20.000 euros y cuya gran parte procede de la Festa da Empanada da Bandeira por, según el PP, la señalización confusa. El resto del año suelen aplicarse multas a coches estacionados junto al CEIP Ramón de Valenzuela o el auditorio. El alcalde, que se encarga de firmar las sanciones, apunta que su volumen no es mucho mayor que cuando gobernaba el PP, y recalcó que se multa a vehículos que estacionan durante horas en estos dos enclaves. En la cita gastronómica de A Bandeira, "se usa la sinaléctica que recomiendan los técnicos, y no se coloca ya sobre bidones", recalcó Cuíña.