Facultativas del servicio de Cardiología de la gerencia sanitaria compostelana hacen un llamamiento para dar mayor visibilidad a las dolencias cardiovasculares de las mujeres, ya que tanto en la sociedad como entre los propios profesionales sanitarios aún persiste la creencia de que el infarto es mayoritariamente una patología masculina. Así, el registro de pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM) del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela refleja un mayor atraso en la atención en féminas que en varones.

"Detectamos que las mujeres tienen un significativo atraso en el tiempo de reperfusión comparado con los hombres, por lo que necesitamos mecanismos que nos permitan superar esta desventaja de género femenino poniendo énfasis en una especial sensibilidad y conocimiento de estos datos por parte de los profesionales y de una mayor y mejor percepción por parte de las propias mujeres", señala Milagros Pedreira, cardióloga del Hospital Clínico de Santiago y una de las coordinadoras del grupo de trabajo de enfermidad cardiovascular en la mujer de la Sociedad Española de Cardiología (SEC). Fue la primera coordinadora de esta unidad, creada en 2005, que en la actualidad comparte con Antonia Sambola, del Hospital Vall d'Hebrón, y con la que también colabora estrechamente otra cardióloga del CHUS, Pilar Mazón.

Entre 2008 y 2016, en el Hospital Clínico de Santiago se atendieron 1.499 pacientes con IAMEST (Infarto agudo de miocardio con elevación del segmento ST) -el más grave-, sometidos a angioplastia primaria; 353 fueron mujeres, el 24%. La media de edad en féminas fue de 65 años y sus principales factores de riesgo cardiovascular son la hipertensión, en la mitad de los casos, y la diabetes en el 22 %. Comparado con los varones, ellas eran mayores y tenían más prevalencia tanto de hipertensión como de diabetes.

En las mujeres transcurrió más tiempo desde el primer contacto médico hasta recibir el tratamiento de reperfusión en el hospital; concretamente, pasaron entre 116,3 minutos y 83 minutos, mientras que en el caso de ellos discurrieron entre 97,9 y 67 minutos. Solo el 51 % de las mujeres tuvieron un tiempo menor de 90 minutos entre el primer contacto médico comparado y la reperfusión, mientras que en los hombres fue del 65%. Puede verse que las pacientes con mejores tiempos tuvieron menor mortalidad por todas las causas y menos eventos adversos graves -repetición del infarto, revascularización del vaso responsable, insuficiencia cardíaca- en los siguientes 2,36 años.

A este atraso se suma la demora en la solicitud de atención médica por parte de las mujeres, de la que se tiene conocimiento pero no está tan cuantificada de modo objetivo. La doctora Pedreira destaca que "no se identifica tan bien el síndrome coronario agudo porque los síntomas a veces no son los típicos, los descritos en la literatura médica". "Desde hace tiempo se sabe que la sintomatología puede variar en la mujer, lo que condiciona la percepción de la paciente o del profesional médico y hace que no identifique con tanta facilidad los síntomas", añade.

Las guías clínicas de las sociedades de cardiología recomiendan un tiempo menor a 90 minutos entre el primer contacto médico y la reperfusión, lo que se asocia con un mejor pronóstico en mujeres.