Galicia dispone de 8.211 establecimientos en los que se puede pernoctar, de los que 574 son casas rurales. En la provincia son 168 las disponibles y Deza y Tabeirós-Montes concentra 55. Con todo, y salvo la excepción de A Estrada, en los demás concellos la oferta de esta clase de hospedajes es bastante pobre, máxime si se tiene en cuenta que estas infraestructuras están emplazadas en muchos casos en plena naturaleza; uno de los principales motivos, que no el único ni mucho menos, para visitar las comarcas. Llamativo es el caso de Lalín, el municipio más extenso de la provincia y con enorme potencial para el turismo rural, pero con solo tres alojamientos de este tipo y que entre todos suman 18 habitaciones y 36 plazas. Este asunto llama la atención a muchos foráneos que, en los meses de invierno se acercan a la capital dezana para disfrutar en familia de su gastronomía y buscan un establecimiento de estas características.

Silleda y Vila de Cruces, con ocho casas rurales en cada caso, son los concellos de la zona con más oferta por detrás de A Estrada y cerca de las seis operativas en Cerdedo-Cotobade. En Rodeiro y en Dozón no figura ningún establecimiento con esta clase de licencia. El turismo rural, un fenómeno que en la zona comenzó a visibilizarse en los años 90 del siglo pasado, está consolidado en otros territorios peninsulares en los que el turista busca algo más que sol y playa.