Desilusionante, maniobra de escapismo y sin seriedad. Son algunos de los calificativos que usaron los cuatro partidos del gobierno lalinense para referirse al proyecto de Centro Integral de Saúde que la Xunta presentó anteayer en Lalín. La dotación que construirá Sanidade en la parcela de Alto de Vales no solo no contendrá las especialidades que iba a llevar el Centro de Alta Resolución, "cuya acta de defunción se firmó anteayer", apunta el portavoz del BNG, Francisco Vilariño, sino que ofrecerá hemodiálisis pero de forma privatizada, como dejó entrever el propio conselleiro, Jesús Vázquez Almuíña, al no responder la pregunta del edil de Benestar, Nicolás González Casares.

Fue precisamente este edil el que abrió ayer el turno de intervenciones del gobierno local, quien dejó claro (después lo repetiría el alcalde, Rafael Cuíña) que el Concello no se opone ni a la nueva dotación ni a sus dos servicios estrella: la citada hemodiálisis y la hospitalización a domicilio (HADO). Pero, según apunta Casares, Vázquez Almuíña recortó de forma evidente lo que se había pactado ya en mandatos anteriores: el CAR, un nuevo ambulatorio y un nuevo Punto de Atención Continuada. "No es el compromiso acordado con el Concello, es algo vacío y con cierto afán privatizador", concluyó, explicando que en un pacto anterior se contemplaba la cesión de la finca a la Xunta para construir estas tres dotaciones. González Casares, responsable además del área de Urbanismo, entiende que sí puede servir este acuerdo una vez que la Xunta opta por un equipamiento sanitario que no lleva este nombre. Ahora mismo, y mediante la contratación de un técnico externo, se trabaja en la unificación de la parcela, para cumplir con el requisito que pide la Xunta.

Y de la misma forma que González Casares hizo hincapié en la privatización de hemodiálisis, Cuíña volvió a retomar las preguntas que hizo el miércoles al conselleiro e insiste en saber no sólo cuánto tiempo precisa la redacción del proyecto, sino los plazos que se barajan para los pliegos de contratación, la concesión de licencias, la construcción y el equipamiento. "Hace dos años, el edil de Benestar Social y yo nos reunimos con el conselleiro y nos dijo que en tres meses tendrían una hoja de ruta. Pero un año y nueve meses después, vienen aquí sin plazos ni contenidos", se lamenta.

Cuíña calcula que pasarán años hasta que el Centro Integral de Saúde sea una realidad. "En este mandato no habrá nada, y en el que viene, tampoco", vaticina. El primer edil discrepa con el PP en cuanto a los convenios que se firmaron con Sanidade: el principal partido de la oposición recalca que la presentación en el centro de salud obedeció al pacto que se firmó en febrero de 2015 entre el entonces alcalde, José Crespo, y la conselleira Rocío Mosquera, mientras que Cuíña insiste en que "al terminar la rueda de prensa, Almuiña me admitió que los convenios que se habían firmado con anteriores conselleiras no tenían ya validez, que tenían que evolucionar y que por tanto habría que redactar algún texto nuevo, como se anunció anteriormente". Apunta que el nuevo pacto no tendrá nada que ver con el pacto que redactó su antecesor, " y que se hizo con la mejor voluntad".

El regidor animó al PP local a subirse al carro de las reivindicaciones constructivas del gobierno de coalición, anteponiendo la sanidad pública a "cualquier resultado electoral", dejando entrever que la visita del conselleiro se hizo con la mirada puesta en los comicios del año que viene.

Cuíña, al igual que la portavoz de APAC, Lara Rodríguez Peña, también lamentó que la presentación del futuro centro integral se limitase a un power point "que serviría tanto para Lalín como para Viveiro". Rodríguez Peña califica de "lamentable" la actitud del conselleiro, tanto por su desplante a González Casares como por solventar el compromiso adquirido con Lalín "con un holograma y una charla informativa". La concejala, amén de mencionar el lavado de cara exprés del ambulatorio, confía en que la comida previa del conselleiro con alcaldes del PP no se haya pagado con dinero público.

Ambulancia medicalizada

Por su parte, el portavoz del BNG tiene claro que, al margen del tinte electoral del anuncio del centro integral, éste se trata de "una maniobra de escapismo para ganar tiempo de cara a las elecciones", y supone un apunte más en la falta de confianza absoluta en la Xunta, ya que llegó a presupuestar el CAR en 2010 y anunció reuniones "que no llegó a celebrar, mientras es insostenible seguir manteniendo una atención sanitaria cada vez más precaria". Vilariño afirma que la Xunta no sabe ni dimensionar el centro ni qué especialidades puede albergar. Por desconocer, hasta ignora las necesidades del 061, que más que una base "precisa una ambulancia medicalizada".