El Concello de Lalín ha iniciado un expediente de declaración de ruina de un aserradero situado entre las calles Rodo y Cidade Xardín a raíz de una denuncia particular. El acuerdo obliga a su propietario, primero a asegurar que la construcción no ocasiona daños a terceros y después, demoler la parte del aserradero afectada o enfrentarse a multas que van de 1.000 a 10.000 euros, reiterables trimestralmente.

La decisión del gobierno local parte por la denuncia de un vecino, que alerta del mal estado del aserradero, informada los técnicos municipales el 2 de febrero pasado. Asimismo se advierte sobre el deficiente estado de una edificación que linda con la vivienda del denunciante, situada en la dalle Xazmíns, indicando peligro de derrumbe sobre su parcela.

Recibida la denuncia y comprobado el informe del inspector jefe de obras, se detecta el peligro del estado de la edificación denunciada y se decreta una visita al terreno de los servicios técnicos para tramitar el informe correspondiente, algo que se produce el 12 de enero pasado. Concluye que la edificación tiene elementos y materiales con daños que comprometen su estabilidad, además de no respetar las normas de buena construcción. Por ello, la junta de gobierno propone que procede la declaración de ruina por encontrarse en el supuesto de "ruina técnica". Y señala al denunciante que antes de proceder al inicio del proceso de demolición del aserradero previa presentación de un proyecto técnico de derribo de la parte afectada, que tome las medidas de protección necesarias para evitar el desprendimiento de partes de la construcción afectadas a las parcelas linderas o a terceros. Esta actuación ha de realizarse mediante la disposición de mallas o viseras de protección. Así las cosas, el gobierno concluye que la edificación denunciada está en situación de ruina técnica, ordena al dueño del aserradero la adopción de medidas para evitar daños a terceros e iniciar el procedimiento de declaración de ruina. Además el informe detecta la existencia, en la misma parcela, de otras edificaciones distintas a las denunciadas, que pueden presentar problemas de estabilidad y seguridad.

Por otro lado, los ediles de Rural (Miguel Medela) y de Obras (Francisco Vilariño) presentaron ayer dos nuevas furgonetas que acaba de comprar el Concello para cubrir las necesidades de la brigada de Obras. Son dos vehículos modelo Opel Combo Tour, del año 2013, que ofrecen la versatilidad y equipamiento apropiado para dar respuesta a las exigencias de la brigada. Su coste ascendió a 19.890 euros, financiados con cargo a la baja de un proyecto ejecutado dentro del Plan Concellos, adjudicados a la empresa Iglecar Auto.