Un cazador encontró ayer en los montes de Serapio, en el municipio de Cerdedo, un remolque que había sido robado el pasado 23 noviembre en una explotación de Laro, en el término municipal de Silleda. El cazador dio parte a la Guardia Civil al extrañarse del hallazgo en un lugar apartado, y la Benemérita avisó ayer a su propietario, Manuel Rozas Couto, para que se hiciera cargo de él. En torno al mediodía, Manuel Rozas regresaba a su domicilio junto al remolque con toldo azul de dos ejes que figura a su nombre y que los amigos de lo ajeno le habían robado hace casi tres meses. Sin embargo, un ternero que también robaron ese mismo día a su vecino Antonio Souto Dobarro, todavía no ha sido encontrado por parte de las fuerzas de seguridad. Rozas se mostraba ayer muy agradecido tanto al cazador que encontró su remolque como a la Benemérita por haberle avisado para que lo retirase, en Cerdedo.

Cabe recordar que los delincuentes aprovecharon que era de madrugada, que la noche se antojaba aún más oscura gracias a la lluvia y que apenas existe tráfico por la zona cuando cometieron el delito el pasado 23 de noviembre. El ladrón o ladrones accedieron a una explotación ganadera de Laro, próxima a la rotonda de acceso a la parroquia y propiedad de Antonio Souto Dobarro. Se llevaron de la granja un ternero, pero es que el robo no se quedó ahí, ya que para transportar al animal los amigos de lo ajeno ya se habían apropiado, previamente, del remolque con toldo azul de dos ejes y que figura a nombre de José Manuel Rozas Couto, que también estaba aparcado en la granja, y que por fin apareció.

Nocturnidad

Al llegar a la granja, los afectados se percataron de los destrozos en la explotación para acceder al lugar, así como de la falta del animal y también del vehículo. Así que se desplazaron al cuartel de la Guardia Civil para denunciar los hurtos. Los dueños apuntaron en su momento que cuando visitaron la explotación, en torno a las 21.00 horas, todo se encontraba en una situación normal. No supieron precisar a qué hora se produjo el robo, pero indicaron que en torno a las cinco de la madrugada sintieron mugir a la madre del ternero. Este incidente no fue sino uno más de los que se producen en el rural y que evidencian la necesidad de un mayor control por parte de las fuerzas de seguridad. En el municipio de Dozón, por ejemplo, son numerosas las familias a las que cada dos por tres les sustraen los pastores eléctricos con los que impiden que sus fincas sean objeto de destrozos por parte del jabalí.