María del Carmen Castro Lamas falleció como consecuencia de una "asfixia mecánica". Así lo indica el informe de adelanto de autopsia realizado el pasado viernes al cadáver de la mujer de Sello por el médico forense de guardia del Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) encargado del levantamiento del cadáver. El propio facultativo señala en su estudio que se podía proceder a su inhumación -tuvo lugar el sábado por la tarde en el cementerio parroquial-, pero aconseja no incinerar los restos mortales de la anciana impedida por si fuera necesario recabar más muestras por parte de los expertos en medicina legal. Cabe recordar que la asfixia mecánica es un tipo de asfixia producida por un mecanismo que impide la ventilación pulmonar. Este mecanismo puede ser interno (por cuerpos extraños o por sumersión) o externo (ahorcamiento, estrangulación, aplastamiento, sofocación facial o sepultamiento). El juzgado Nº 1 de Lalín cuya titular es Carmen Riveiros Santiago, está a la espera del informe definitivo de la autopsia para determinar la causa del óbito después de decretar libertad con obligación de comparecencia cada lunes de mes para M.S.R.T., de 40 años, pareja sentimental del hijo de la fallecida, J.A.R.C., de 41 años, que también deberá personarse en sede judicial los días 1 y 15 de cada mes.

La mujer investigada por la muerte de Sello retomaba en la mañana de ayer sus labores de pastoreo con los ejemplares bovinos de la familia tras haber sido puesta en libertad. Una visiblemente alterada M. S.R.T. reconoció que tanto ella como su pareja lo están pasando "realmente mal porque todo esto nos destrozó la vida" y que esperan poder pasar página cuanto antes para superarlo. La vecina de Cima de Sello recordó sobre el fallecimiento de la anciana que "cuando fui a verla para ver si quería cenar me la encontré ya muerta", y que no supo qué hacer al comprobar que se encontraba sin vida. "Estaba muy nerviosa, ¿qué iba a hacer en ese momento? Además, ya ves que no tenemos vecinos en los alrededores para pedirles ayuda", enfatizó. También justificó, en su caso, que la tardanza en notificar el óbito se debió a que "yo nunca vi antes a una persona muerta. Además, hacía un año que había muerto mi suegro", cuyas exequias, al parecer, continúan pagando ambos en este momento.

M.S.R.T. considera que la malograda madre de su pareja" no era una persona normal porque intentó quitarse la vida en otras ocasiones". En concreto, enumeró varias intentonas como la de tirarse una vez por la ventana de la vivienda e incluso otra en la que llegó a precipitarse en un pozo situado en la parte trasera de la finca número 6 de Sello, además de también lanzarse por las escaleras en otra oportunidad. Esa tendencia ya la arrastraba desde hacía unos 35 años, siempre según la mujer que comparte su vida con el vástago de la fallecida por asfixia.

Por último, y mientras conseguía agrupar al rebaño tras haberlo llevado a pastar, la mujer investigada por lo sucedido señaló sobre el incidente que "no sé lo que pudo pasar porque no voy a estar las 24 horas pendiente de nadie, dejando a los animales sin comer". M.S.R.T. también se lamentó de que el pasado martes, después de regresar andando a su casa desde los juzgados, tanto ella como el hijo de la anciana, "en lugar de cambiarnos lo que hicimos fue sacar los animales para que pudieran por fin comer".