El gobierno lalinense introdujo algunos criterios propios en la organización de la Feira do Cocido y uno de ellos fue cambiar la comida oficial por un ágape solidario en el que cada comensal paga su cubierto. También, para acierto de unos y recelo de otros, decidió alejar la celebración de un foco mediático en el que los protagonistas excepcionales ejercían como reclamo para las cámaras de televisión y apostó por un formato más doméstico. Al último acto oficial, la comida a favor de Aspadeza, acudieron en torno a 200 comensales, que degustaron un plato de cocido en el Pazo de Bendoiro.

A la comida, sin presencia de alcaldes de la comarca, acudieron numerosos cargos orgánicos y públicos del PSOE, BNG o Compromiso por Galicia, además del mandatario de O Barco y presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp), Alfredo García Rodríguez. La presidenta de la Diputación provincial, Carmela Silva, también se sumó al grupo de invitados después de participar en los demás actos del día; algo que también hizo Trini Marín, regidora de la villa andorrana de Escaldes-Engordany, con la que Lalín renovó esta semana su protocolo de hermanamiento. El secretario xeral de los socialistas gallegos, Gonzalo Caballero; la portavoz nacional del BNG, Ana Pontón, o el alcalde de Vigo, Abel Caballero fueron otros de los que participaron en la comida que comenzó pasadas tres de la tarde y después de un aperitivo en la casona. También acudió el secretario xeral de Compromiso por Galicia, Juan Carlos Piñeiro.

A los postres el alcalde y anfitrión, Rafael Cuiña, tomó la palabra con el objetivo de agradecer la presencia de todos los comensales sobre todo por su cariz solidario, citando el trabajo que realiza Aspadeza lo que lo convierte "en gente de Lalín que más lo merece". Tras ironizar que durante la comida había recibido "un máster Abel Caballero" se dirigió a los miembros de la Real Academia Galega (RAG) presentes para felicitar a la institución por la promoción y defensa que realiza de su cultura y del idioma propio. Cuiña dijo que el Cocido llegará a ser centenario y que los que "estén" dentro de medio siglo deben pensar que esta fiesta es una herramienta para la promoción del municipio y "un elemento importante de nuestra concepción social". A los representantes de las empresas patrocinadoras les animó, entre bromas, a renovar de inmediato los convenios mientras entregaba al pregonero, Víctor Freixanes, una litografía de un cartel de Barreiro del Cocido y un testiño; una de las imágenes corporativas de la fiesta.

Entre tanto político, el pregonero animó a los presentes a ponerse de acuerdo "porque igual le damos la vuelta al calcetín" , dijo, e insistió en la necesidad en que representantes públicos y ciudadanos integren un frente común en temas como la lengua gallega. Porque, advirtió, o se toman medidas inmediatas o el idioma se "perderá" por el río abajo como una trucha. Antes de la elaboración de la tradicional queimada y mientras los comensales daban cuenta de una amplia variedad de postres típicos de Carnaval, Feixanes proclamó para rematar que Lalín era en este día la capital de la cultura gallega a través de la gastronomía.