El año que viene expira la concesión del servicio de abastecimiento de aguas y saneamiento de Vila de Cruces, que ejecuta Espina y Delfín desde 1999. Por eso, desde el ejecutivo cruceño ya se están dando pasos para elaborar los pliegos de la nueva licitación, en la que se incluirán además los trabajos necesarios para extender la red municipal sobre todo a la parte baja del municipio, en la zona de Añobre, Camanzo, Gres, Brandariz y Santomé de Obra. En estas parroquias los vecinos se surten de pozos privados y han tenido enormes dificultades durante los meses de sequía.

Ayer el alcalde, Jesús Otero, se reunió con el director de Aguas de Galicia, Roberto Rodríguez, semanas después de que éste le diese a conocer la posibilidad de que la Xunta construyese un sistema de bombeo en aguas del Ulla, a la altura de Ollares, para dar servicio a ésta y las citadas de Obra y Camanzo, así como a Salgueiros, Insua y Bascuas.

Al margen de este estudio, desde el gobierno cruceño se proponen otras alternativas para mejorar el servicio en el municipio, dado que en los últimos tiempos el depósito que abastece al casco urbano también hace lo propio con Merza, el poblado minero de Fontao, el balneario Minas da Brea, Besexos y, en un futuro, el lugar de A Balboa, con lo que se queda pequeño. Otero planteó la conveniencia de bombear agua, pero no del Ulla sino del Arnego, y construir un nuevo depósito, más grande que el actual, en Castro Cumeiro. Se trataría de un depósito nodriza para todo el término municipal, con una altura de bombeo de unos 200 metros, muy por debajo de los 600 actuales del Ulla hasta el depósito en A Madanela. "Nos urge que se realice ya este estudio para poder hacer el proyecto de gestión" de cara a la nueva licitación del servicio, explica el regidor.

Dado que la nueva concesión implicará la construcción de red que de servicio a las parroquias que por ahora solo cuentan con pozos particulares, la concesión no será de 20 años, sino que rondará entre los 25 y los 40. Otero calcula que todo el proyecto, tanto el nuevo bombeo desde el Arnego como la extensión de la red, supone una inversión de más de cinco millones de euros. La cuantía se cubriría mediante un sistema de financiación público-privado, en el que entrarían subvenciones de otros gobiernos, sobre todo de la Xunta, y también del propio municipio, que está dispuesto a destinar todos los años una partida económica para garantizar el suministro de agua a todo el término municipal.

A pesar de las lluvias de las últimas semanas, la cuenca del Ulla todavía sigue en situación de alerta, dado que el río y sus afluentes no han recuperado el caudal habitual en estas fechas. De hecho, el pantano de Portodemouros (que no se destina a suministro de agua, sino a producción eléctrica), se encuentra al 49,8% de su capacidad, ya que tiene embalsados 148 Hm3. La situación ha mejorado, y mucho, en comparación con la misma semana del año pasado, pues por entonces su ocupación era de sólo 98 Hm3. El escaso volumen de agua embalsado que tuvo la presa durante casi todo el año pasado motivó que apenas produjese electricidad, para garantizar así el caudal ecológico.