El torneo gallego que se celebró en Dozón permitió que varios negocios locales recibiesen, en conjunto, más de 5.000 euros, entre los 4.500 que cobró el restaurante por la comida, los 300 euros de cafés en la taberna de A Gouxa y los 500 para un artesano de Rodeiro encargado de los trofeos. La cuantía se pagó, en buena parte, con el dinero que destina a este tipo de torneos la Federación Galega de Caza y que procede de las cuotas de los socios.

El primero torneo de Dozón no es, ni será, la única cita cinegética para controlar una población, la de zorro, que pasa por ser el carnívoro más extendido del mundo. En todos los cotos se organizan, al margen de los campeonatos de final de temporada, liguillas en invierno, cuando esta especie no está criando (en contra de lo que afirman los animalistas). En el caso de Dozón, la Xunta le expidió 60 precintos de zorro, por encima de los 48 de jabalí. Y esto se debe a que en Dozón la densidad de zorro, de casi 3 animales por cada 100 hectáreas, está muy por encima de los 0,6 recomendados. Es más, el zorro puede cazarse durante todo el año, a diferencia de otras especies. Desde la Sociedad de Caza su presidente, José Rodríguez, también replica a los animalistas que los cazadores no son, en absoluto, una minoría social, al tener colectivos en todos los municipios, algo de lo que no pueden presumir, por ejemplo, los partidos políticos.