En el pasado la figura del controller estaba ligado a las grandes compañías. En los últimos años se ha ido incorporando a otro tipo de organizaciones de menor dimensión, tales como pequeñas y medianas empresas, todo ello gracias al trabajo de empresas consultoras y profesionales independientes altamente cualificados. Aun así, son muy pocos los empresarios que conocen exactamente la utilidad y beneficios que aporta la figura del controller en la organización así como su definición.

Se puede definir el controller como aquel profesional capaz de llevar a cabo la evaluación y seguimiento de los objetivos estratégicos y operativos, mostrando cuál podrá ser la evolución y el impacto a medio y largo plazo de aquellas variables críticas en la cuenta de explotación de la empresa y optimizando al máximo los recursos, todo ello necesario para poder anticiparse a los cambios y obtener una posición más competitiva en el mercado.

En la operativa diaria de la empresa daría respuesta a preguntas tales como ¿Dónde se genera valor en mi empresa? ¿Qué productos/servicios son más rentables? ¿Cómo puedo optimizar los recursos? ¿Cómo puedo minimizar los costes? ¿Cómo puedo mejorar mi rentabilidad?

La figura del controller en la estructura de la empresa es fundamental para superar y minimizar los impactos de la crisis económica. El control de gestión se posiciona como una función estratégica dentro de la empresa, generando estabilidad en un entorno muy volátil y cambiante, ayudando a superar y minimizar los impactos de la crisis económica, analizando el pasado, gestionado el presente y mejorando el futuro.

El control de gestión me permitirá obtener una visión global de la empresa y el entorno, definir un plan de trabajo, establecer y cuantificar objetivos y tomar decisiones correctas. El controller será la persona que cumpla, supervise y haga realidad la implantación del sistema.

¿Qué me estoy perdiendo si no tengo un sistema de control de gestión en mi empresa? No sabré de forma oportuna cómo va mi empresa; no tendré control sobre mis resultados; perderé rentabilidad porque no seré capaz de tomar decisiones en función de los costes sino que será de manera intuitiva.

En definitiva, la información es valor, y el valor es dinero.