La directora xeral de Comercio e Consumo, Sol Vázquez, se desplazó ayer a Silleda para visitar el espacio activo de emprendimiento comercial, construido en la antigua escuela unitaria de la parroquia de Cira. Las obras terminaron a finales de noviembre, mediante una inversión global de 99.872 euros, de los que este departamento de la Consellería de Economía e Industria aportó 69.910, es decir, dos tercios y casi el tope de lo que marcaba la convocatoria. Vázquez estuvo acompañada por el alcalde, Manuel Cuiña, el teniente de alcalde, Klaus Brey, y el concejal de Industria e Comercio, Benito Saavedra.

La cuantía de la Xunta cubrió los gastos tanto de adecuación como el equipamiento y mobiliario para su puesta en marcha. En el caso del espacio activo de Cira, se dispone de dos espacios comerciales en su planta baja, así como de dos aseos adaptados. La idea es que el inmueble se convierta en una especie de mercado en el que poder vender productos locales y, también, como un inmueble que puedan utilizar emprendedores.

El programa de impulso a los espacios activos de emprendimiento comercial en el rural permitió crear en total 18 servicios de este tipo en toda la comunidad gallega, mediante una ayuda global de 515.000 euros el año pasado y otros 427.000 en 2016, mientras que la inversión global asciende a 1,3 millones. Así, además del espacio activo en Silleda existen otros seis en la provincia, localizados en As Neves, Mondariz, O Grove, Cambados, Porriño y Tomiño. A ellos se suman el coruñés de Moeche, asó como los lucenses de O Vicedo, Cervo, Portomarín y Mondoñedo, y los ourensanos de Bande, O Barco de Valdeorras, Vilamarín y A Veiga.

Con este tipo de iniciativas, el gobierno autonómico pretende contribuir a fijar población en las zonas con menos densidad de habitantes de Galicia a la vez que aumenta las oportunidades laborales de sus habitantes. Para ello, dispone de un programa de formación y emprendimiento, dotado con una partida económica de más de 30 millones de euros. En cuanto a Cira, conviene recordar que no es la primera actuación que se realiza en la parroquia para relanzar su potencial económico y turístico. Años atrás, se acondicionó su área de baño en la que confluyen las aguas del Deza y del Ulla, y se colocaron paneles informativos.