Por segundo año consecutivo, Vila de Cruces organiza su Gala do Deporte. La cita será este sábado, día 20, a partir de las 21.00 horas en el auditorio Xosé Casal. Según explica el concejal de Deportes, Diego Pallares, el evento se dividirá en dos partes: en la primera se entregarán los reconocimientos a los deportistas que, tanto a nivel individual como en equipo, consiguieron resultados relevantes tanto a nivel autonómico como estatal, así como a los clubs que realizaron algún evento deportivo a lo largo del año que acaba de terminar. Mientras, en la segunda parte, se premiarán tanto a los mejores deportistas masculino y femenino del año pasado, al deportista con mayor proyección y, por último, se entregará un galardón a toda una vida destinada a la práctica deportiva. La organización prefiere no desvelar el nombre de los merecedores de todos estos reconocimientos para mantener la sorpresa hasta el día del evento.

A la lista de galardones se incorpora, como novedad, la distinción a la iniciativa empresarial que más colabora con el deporte a escala municipal. A lo largo de la gala actuarán el grupo de danza Scene Ballet y la soprano Noa Outomuro, que compartirá escenario con la coral San Salvador de Camanzo.

Con esta gala, Cruces quiere consolidar todavía más su compromiso con el deporte, en un año, 2017, en el que anunció la intención de construir el futuro centro sociocultural y deportivo Sergio Iglesias, con una inversión de 1,5 millones de euros. El proyecto concurrió, sin éxito, a las ayudas de la Diputación dentro de la línea de subvenciones para equipamientos y dotaciones de cara a la mejora del reequilibrio territorial. No fue el único desencuentro que mantuvieron Vila de Cruces y la administración provincial en materia deportiva: en mayo pasado, el campo de fútbol Marco do Camballón estrenó su nuevo césped artificial, después de numerosos cruces de acusaciones. Los tramites para cambiar el césped se habían iniciado ya en 2015, antes del relevo político en la Diputación, y el actual gobierno de Carmela Silva dilató el proceso alegando irregularidades en el mismo. El campo presentaba un estado de deterioro tal que hasta corría el peligro de causar lesiones.