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Carmen Salinero Corral: "La camelia es como la versión vegetal del cerdo: de ella se aprovecha todo"

"El clima gallego, incluido el del interior, es idóneo para el cultivo de esta planta"

Carmen Salinero, en medio de un jardín con camelias.

Por segundo año, el Pazo de Liñares se convierte en el escenario de la Mostra da Camelia de Lalín. La exposición podrá visitarse desde hoy a las 13.00 horas y mañana, y toma forma tras la colaboración del Concello con la Diputación y la Sociedad Española de la Camelia, que preside Carmen Salinero, técnica además de la Unidad de Ornamentales de la estación fitopatológica de Areeiro.

-La camelia llegó desde Oriente a Europa en el siglo XVIII, gracias a los comerciantes y a los misioneros, y desde el siglo XIX se asienta en Galicia. ¿Por qué es tan apta la tierra gallega para esta planta?

-Porque tiene un clima húmedo a lo largo del año y un suelo muy ácido. No se trata de un clima extremo, aunque la camelia se adapta bien a los climas fríos, basta con pensar que hasta hay plantas en Nueva York. Hasta el interior gallego es idóneo para esta planta. Tenemos que pensar que Pontevedra tuvo la primera Escuela de Agricultura a escala nacional, en torno al año 1880 y desde aquí se potenció la jardinería, llegando a vender 300 variedades de plantas de camelias. Así que es lógico que dispongamos de unos 200 ejemplares que tienen ya 150 años. Se trata de verdaderos monumentos.

-Monumentos que cuentan incluso con una ruta propia...

-Así es, la ruta de la camelia es una forma diferente de complementar el turismo en Galicia. La ruta se puso en marcha por impulso de la Diputación de Pontevedra, arrancó con 8 jardines y ahora tiene 12, y su repercusión es tal que atrae la atención de turistas japoneses y americanos. Ayuda el hecho de que su floración es larga, y permite ver cómo cambian los jardines si los visitas en otoño y después en primavera. Es algo que no puede apreciarse, por ejemplo, con los tulipanes de Holanda o los cerezos del Valle del Jerte. La acogida de la ruta funciona tan bien que muchos turistas vienen a ver los jardines y, de paso, se acercan a la catedral de Santiago.

-Es una flor que suele asociarse a pazos y casas señoriales. ¿Se ha democratizado ya, por decirlo de alguna manera?

-Por supuesto. Basta con pensar que en la primera exposición del Concurso Internacional de la Camelia que se celebró en Vigo [las ediciones se van alternando con Vilagarcía y Pontevedra] se plantaron las variedades en una calle a la que se le cambió el nombre para ser la Avenida das Camelias. En otra edición en Vilagarcía se presentaron hasta 500 colores diferentes, del blanco al rojo oscuro, y en una muestra en la Casa América de Madrid había colas para ver una variedad con los pétalos enroscados, porque la gente se creía que la habíamos moldeado con un secador.

-Ahora viene la pregunta del millón. ¿Cuántas variedades existen?

-No sabría decir cuántas hay en Galicia, pero calculo que unas 5.000 variedades naturales, porque es una flor que muta de modo natural. Ahora mismo, en Areeiro hay cuatro tesis sobre la camelia, y una de ellas pretende medir las variedades en la provincia.

-Menciona ejemplares de 150 años. Hace pensar que se trata de una planta resistente a plagas.

-La verdad es que no precisa cuidados especiales, puede sufrir quemaduras por el sol o problemas de pulgas, pero es muy dura. Un ejemplo son las de las calles García Barbón o Policarpo Sanz, donde siguen a pesar de los tranvías primero y del tráfico de buses y coches después.

-Tanto desde Areeiro como de la sociedad que preside se potencia la camelia como fuente de ingresos a través del turismo. ¿Qué otras potencialidades tiene?

-De la camelia puede obtenerse aceite, que en China se utiliza en cocina ya que su punto de humeo es mucho más alto que el de oliva, es decir, puede calentarse mucho sin quemarse. Aquí en España no puede usarse para consumo humano porque la ley no lo permite, y los chinos no entienden que no lo usemos en la cocina, sino en la cosmética. Este aceite tiene una absorción muy rápida en la piel, y los japoneses lo saben, de ahí que Shiseido lo empleo en sus productos. En Areeiro sacamos un aceite muy puro, sin los componentes que tienen los que se venden en farmacias. Los cultivadores nos traen las semillas y nos quedamos el 20%. Nuestra previsión es procesar unos 2.000 kilos de semillas. Hay diferentes envasadores que se encargan de distribuir un producto u otro según el cliente. Pero además del aceite, la camelia tiene una madera excelente, muy poco porosa y muy blanca. Siempre digo que la camelia es como una versión vegetal de cerdo, porque de ella se aprovecha todo.

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