Son de raza rubia gallega y llegaron ayer a tierras dezanas procedentes de criadores afincados en Arteixo y Cerceda. Alberto Canda, factótum el prestigioso Mesón O Cruce de Vilatuxe, acaba de hacerse con los cinco bueyes que recalaron en un camión en el exterior de su local antes de ser enviados al matadero de Frigoríficos Bandeira, donde ya han sido sacrificados para poder comercializar su carne. Canda quiso destacar ayer el buen hacer del matadero silledense subrayando que se trata del mejor de España en su categoría "y que mata unas 1.200 reses al mes".

Los cinco ejemplares adquiridos por el propietario del Mesón O Cruce tienen un valor aproximado de 12.000 euros por cabeza, y pesan entorno a los 900 kilos en canal. "Los compré en esas dos granjas de A Coruña porque me gustan los ejemplares de la raza del país", explicó Alberto Canda mientras los contemplaba recién llegados de Arteixo y Cerceda. En este sentido, el restaurador de Vilatuxe destacó también la calidad de la carne de unos bueyes criados con mucho mimo por sus anteriores propietarios, y que a buen seguro ofrecerán una magnífica carne tras su paso por los frigoríficos de A Bandeira. "Nos quedaremos con los chuleteros, las costillas y alguna pierna", reconoció Canda que apuntó al próximo mes de marzo como la fecha aproximada en la que se podrá degustar la carne de estos ejemplares en su establecimiento de Vilatuxe.

Carne famosa en el mundo

Al borde de punta Langosteira, en Arteixo, pastan imponentes bueyes de entre dos y seis años en. Lo animales son mimados con hierba y 20 kilos diarios de harina de maíz natural y descanso bajo techo. Se trata de una carne cortada en canal y conservada en los frigoríficos que acaba en los fogones y sartenes de renombrados chefs nacionales. Los críticos de Time y The Guardian han ensalzado la calidad de esta carne coruñesa, que, además de en Vilatuxe, se puede encontrar en un célebre restaurante de León y que durante los Sanfermines se degusta en un asador de Pamplona al precio de entre 120 y 150 euros el chuletón. En Galicia debe de haber entre 400 y 500 cabezas de buey, calculan fuentes del gremio ganadero gallego. Algunos campan sueltos, otros conviven con vacas, y hay ganaderos, cuatro o cinco, que se concentran en la crianza del buey. La mayoría se ubican en tierras de A Coruña y Lugo; en Ourense, aunque hay razas autóctonas, el cálido clima de la primavera y el verano reduce su explotación y en Pontevedra apenas se localizan machos. La carne de los bueyes puede ser tan sabrosa como la de las vacas, pero es la ausencia de varones lo que la convierte en un artículo de lujo.

Otra de los planes que tiene Alberto Canda para su nueva adquisición es producir cecina. "Haremos cecina con algunos de ellos, pero hasta dentro de un par de años no se podrá comer", recordó. Los cinco ejemplares vacunos tienen una edad aproximada de siete años y llegaron al matadero de A Bandeira en perfectas condiciones físicas, tal y como pudo constatar su nuevo propietario después de bajarlos del camión que los transportaba.