Ni las compras de última hora para la cena de Fin de Año, ni un ligero viento que recordaba a visitantes y nativos que estamos en pleno invierno impidieron que el Salón Teatro se quedase pequeño, un año más, para albergar el XXXI Concerto de Fin de Ano, que protagonizaron la Coral y la Banda de Lalín y que arrancó con la entrega de los premios Lalinenses do Ano, que condujo el periodista Gúmer Portas. En la presente edición, se galardona al escritor Armando Vázquez en la categoría de toda una vida, al activista Pablo Romeo en el premio individual y a los nuevos valores de la cocina y la hostelería lalinenses en cuanto a colectivo. Todos recibieron un diploma y una figura de Sargadelos. Vázquez la obtuvo de manos del edil de Benestar Social, Nicolás González Casares; mientras que la edil de Cultura, Lara Rodríguez, le entregó su reconocimiento a Pablo Romeo; y el concejal de Turismo, Francisco Vilariño, hizo lo propio con los nueve integrantes del colectivo hostelero.

El alcalde, Rafael Cuiña, intervino a continuación. Además de glosar cada uno de los premiados recalcó, para acallar críticas de los últimos días, que estos reconocimientos habían sido escogidos por un jurado plural y que representan la esencia propia del pueblo. Quiso también hacer hincapié en que el Concello entró en 2017 en la senda de la recuperación gracias al recorte del desempleo, la apertura de negocios o el repunte de la actividad empresarial. Quiere que el Lalín de 2018 sea el que apueste de forma decidida por el sector agroganadero, básico en la economía local.

Pero también el turismo es una de las patas de la silla en la que se sostiene Lalín, en vista del éxito de la promoción de las dos rutas jacobeas que lo atraviesan así como del récord de asistencia al Cocido en los dos últimos años, y en cuya próxima edición se está trabajando "para que sea histórica". Tuvo Cuiña momentos conciliadores, en los que apuntó que Lalín está mejor gracias al trabajo de todos, tanto gobierno como oposición, empresarios como comerciantes.... Pero hubo también sutiles indirectas, como el reto de defender la Fraga de Casas Vellas, con la que estará el gobierno "pese a quien le pese y pase lo que pase". El cuatripartito seguirá, también, luchando por el Centro de Alta Resolución. Terminó su discurso con un "Viva Lalín, nuestra pequeña patria".

Sexta fila para Rodríguez

Al acto acudió el conselleiro de Cultura, Román Rodríguez, que no intervino y que presenció el evento desde la sexta fila. Incluso los políticos locales estaban sentados desperdigados. Tras el discurso de Cuiña, actuó la Coral con varios músicos acompañantes y posteriormente la Banda, que incluyó en el repertorio Serenade en Mi bemol, opus 7, de Richard Strauss: Fantasmagorie, de Alexandre Kosmichi, y Guillermo Tell: Obertura, de Gioacchino Rossini.