El BNG de Lalín hizo ayer balance de sus dos años en el gobierno local y se mostró satisfecho de su "peso cuantitativo y cualitativo" en el mismo. "Nuestro fin no era solo gobernar, porque utilizamos la política como un medio, non como un fin", señaló su responsable local, Manuel Carbón, al tiempo que afirmó que "no hay un partido en Lalín que haga tantas políticas sociales". Aludió a las campañas a favor del comercio local y del Centro de Alta Resolución (CAR) o en contra el peaje de la autopista.

La formación se muestra satisfecha por la repercusión que está teniendo su labor, tanto en el ámbito institucional, en donde "no cabe duda de la capacidad de trabajo de Paco [Vilariño]", como en el social. No en vano han "triplicado", según Carbón, los nuevos afiliados, la mayoría menores de 30 años. "Estamos en el gobierno porque creemos que se hacen políticas diferentes a las de antes", valora el dirigente.

La capacidad de hacer "políticas transformadoras en beneficio de la mayoría social" fue, precisamente, lo que movió al Bloque a entrar en el ejecutivo de Rafael Cuíña, apunta su único edil. Hace hincapié en los "muchos avances" en "transparencia y participación ciudadana" y el talante "dialogante" del cuatripartito, "no solo con las fuerzas políticas, sino, sobre todo, con la ciudadanía", pues "se aprende de escuchar a los vecinos".

Por lo que se refiere a las áreas que dirige, Francisco Vilariño destaca la gestión económica, al pasar de una deuda de 5,4 millones a 1,2, sin descartar que puedan terminar el mandato "con déficit cero". Claro que "no es un modelo que nos emocione", porque "el dinero público está para hacer políticas que beneficien a la ciudadanía". En este sentido, destacó la "histórica rebaja del impuesto que más grava, el IBI al mínimo legal (0,4)", la "congelación de impuestos", la "equidad fiscal" y "lucha contra el fraude" como ejes de su política de Hacienda, delegación compartida con Teresa Varela, cuya labor ensalzó.

En materia de turismo, Vilariño habla de "revolución" a la hora de enfocarlo, "como algo transversal, parte fundamental de la economía de nuestro concello". Cree que antes solo se basaba en la Feira do Cocido, cuando hay mucha más riqueza patrimonial, natural, etc. Eso sí, entiende que la cita gastronómica "es fundamental para el municipio y, lejos de descuidarla, la hemos reforzado, como refleja el record de visitantes de este año". Pero sostiene que también los datos de pernoctas, peregrinos o visitas al Pazo de Liñares son "los más importantes de la historia de Lalín".

"No somos un gobierno de opulencia ni de grandes obras", afirma el concejal, que apuesta por actuaciones "más humanas", enfocadas a un concello "más accesible y más seguro". Y anuncia que 2018 será el año de "una transformación importantísima" del casco urbano, "en el sentido de humanización", con la mejora de media docena de calles y los proyectos del plan DUSI para los núcleos de Donramiro y Lalín de Arriba.