El alcalde de Lalín, Rafael Cuiña, y la edil de Medio Ambiente, Celia Alonso, comparecieron ayer en el último pleno del año para dar explicaciones sobre la tramitación y las gestiones para conseguir la declaración de Espazo Natural de Interese Local (ENIL) para la Fraga de Casas Vellas, amenazada por el proyecto de una línea de alta tensión de Fenosa. Antes de someterse a la tanda de preguntas del PP, Alonso admitió que la propuesta del Concello de proteger 28,83 hectáreas era modesta, al tener que ajustarse a los fondos económicos de que se disponían.

La concejala arguyó que se contrató un informe a Carmen Casalderrey puesto que había sido la autora de los proyectos para otros dos espacios que ya fueron catalogados como ENIL: el río Gafos y la Xunqueira de Alba. Se descartó el trabajo del catedrático Javier Guitián "porque era muy extenso y abarcaba un tanto lo que a ahora en el Plan de Conservación del Monumento Natural", y ni siquiera se echó mano del que había preparado, y gratis, el biólogo lalinense Martiño Nercellas, con quien sí contó Adega -junto a Antonio Presas y Alberto Granja- para sus propuestas de Adega para el citado Plan de Conservación de Catasós. "Me era muy difícil contactar con Nercellas por cuestiones, y no pudo ser. El estudio de Nercellas era muy amplio, pero era un esquema, que no pudo ir a más. No se presentó en el Concello. Me gustaría haberlos contratado", indicó la edil.

Si para Celia Alonso quizá Casalderrey quería hacer un informe más amplio del que se elevó a la Xunta, para Crespo los que se entregó finalmente fue el resultado "de un trabajo de cuatro ó cuatro días". En más de una ocasión, la concejala de Medio Ambiente recordó que la Xunta emitió dos informes contradictorios: en uno de ellos se dejaba entrever la autorización provisional del ENIL, y el segundo afirmaba ya todo lo contrario. Al alcalde no le cabe la menor duda de que detrás de este giro, "había presiones, y me da la sensación de que ustedes, los del antiguo PP, querían la línea nueva".

Sin embargo, el PP ofreció otra lectura: la Xunta reclama documentación que avale la antigüedad de los árboles a proteger, a pesar de que Casalderrey, según apuntó Alonso, visitó Casas Vellas con técnicos de Lourizán, y dicha antigüedad se indicó en la memoria. Pero a la Xunta, por lo visto, no le sirvió un contrato de arrendamiento de 1927 para justificar dicha antigüedad, de modo que hubo que encargar, a posteriori, un informe a un técnico municipal. Alonso no pudo responder por qué no se envió este informe ya en febrero. El propio secretario admitió que en la Xunta carecían de un listado o un catálogo con los más de 11.000 árboles que hay en el paraje.

Ya en el mano a mano entre Cuiña y Crespo, las lagunas de la documentación dejaron pasado a la Asociación Salvemos Catasós como protagonista. Para el alcalde, la supuesta postura del PP a favor de la LAT de Fenosa obedece a una forma de castigo contra la plataforma social "porque le hizo mucho daño electoral". Y, desde la óptica de Crespo, el cuatripartito "abusó de la buena fe de Salvemos Catasós, usándolos políticamente de una forma vil y mezquina". Considera un sin sentido que el colectivo estuviese en la rueda de prensa posterior a la denegación del ENIL -Cuiña apostilló que en esa jornada acudieron al concello y decidieron quedarse-, y añade que varios miembros están en contra del trabajo de Casalderrey.

Por enésima vez, Cuiña recriminó al PP por no mover ficha a favor de Casas Vellas desde 2013, pero "si quieren subirse a este barco, serán bien recibidos". Desde el PP, Crespo anuncia que se les dará un margen "y si ustedes no actúan, lo haremos nosotros, porque ya está bien de echarnos las culpas y no hacer lo mínimo que tienen que hacer".