La crisis demográfica que padecen las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes se ha atenuado muy ligeramente durante el año pasado, según los datos divulgados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referidos al 1 de enero de 2017. El saldo para la zona es negativo en 414 personas, lo que supone un descenso del 0,5%, mientras que un año antes se habían perdido 564 habitantes (0,8%). Cabe reseñar que entonces no se incluían los datos de Cotobade, que ya aparece fusionado con Cerdedo en el INE, por lo que ahora si se ha tenido en cuenta su padrón municipal de años anteriores a la hora de elaborar todos los cómputos.

Lalín gana población por segundo año, y prácticamente en la misma medida que entonces. Si el 1 de enero de 2016 añadía 39 habitantes a su padrón, el primer día del presente curso sumaba 31 (0,1%). Su total queda así en 20.075, lo que le deja un margen todavía de riesgo en su lucha por mantener la primera categoría municipal que garantizan los 20.000 empadronados. De hecho, el Concello de Lalín no se confía y ha editado en los últimos días 15.000 dípticos bajo el lema Tés moitas razóns para vivir en Lalín, en lo que viene siendo el empujón final de su campaña Somos Made in Lalín. El gobierno local aspira a mantener el ritmo de crecimiento del último bienio e iniciar 2018 con 20.110 habitantes, aunque para saber si se cumplen las previsiones habrá que aguardar un año.

Pero el mayor incremento en términos absolutos (72 vecinos más) y relativos (6,5%), y el más sorprendente -por romper una tendencia de décadas-, es el de Dozón. No en vano es el municipio del norte provincial que más ha acusado la sangría demográfica en los últimos diez años, al ceder un 38,6% de su población desde 2007, es decir, bastante más de un tercio de los casi 2.000 censados que tenía entonces. El insospechado crecimiento de Dozón llega en pleno debate sobre la fusión de los concellos de menos de 2.000 o 3.000 habitantes, auspiciado por la Xunta de Galicia y ansiado por presentes y pretéritos mandatarios de Lalín. Y en estas va el feudo de Adolfo Campos y se destapa con una subida que duplica a la lograda por el vecino que pretende liquidar su independencia municipal.

Claro que el otro concello al alza es Cerdedo-Cotobade, puesto que fusionado suma 36 residentes más de los que sumaban un año antes sus dos consortes, lo que se traduce en un crecimiento mínimo del 0,6%. En todo caso, rompe la tendencia a la baja que venían manteniendo ambos territorios por separado, pues hace una década rondaban los 7.000 habitantes. El descenso acumulado desde entonces es de 870 vecinos (12,4%).

A Estrada es el concello más poblado, si bien su caída es la más importante en términos absolutos, al retroceder en cerca de 200 vecinos. En concreto, a 1 de enero de 2017 había 191 censados menos (0,9%) que los que había al inicio de 2016, cuando ya se habían descontado otros 134. Con 20.700 empadronados, su categoría municipal no peligra a corto plazo y -a diferencia de Lalín o Silleda- aún no se han encendido las alarmas; pero el colchón de la tranquilidad se hace cada vez más fino.

Llama la atención el descenso demográfico de Silleda, cifrado en 65 vecinos (0,7%), muy por encima incluso de los 38 registrados a 1 de enero del año pasado. El municipio baja, según el INE, hasta los 8.669 censados, muy lejos de los 9.178 que estimaba hace apenas un mes el gobierno local y que atribuía al "éxito" de la campaña Empadróate en Silleda, porque en Silleda somos máis, vigente desde junio de 2016. Si bien es cierto que los últimos datos facilitados por el Concello serán tenidos en cuenta para elaborar el próximo padrón oficial, que llevará fecha de 1 de enero de 2018, no lo es menos que el INE suele rebajar las cifras municipales, una vez cotejadas para eliminar duplicidades o errores. El último ejercicio que Trasdeza arrancó por encima de los 9.000 habitantes fue 2013; en concreto, tenía entonces 9.037.

La caída es similar en Vila de Cruces, con 46 empadronados menos (0,8%) este año que al inicio del anterior; eso sí, por ahora, salva la barrera de los 5.000 habitantes. Agolada, Rodeiro y Forcarei experimentan las mayores pérdidas demográficas, en torno al 3%. Este es el porcentaje exacto que cede Agolada, mientras que su vecino de Camba se queda a una décima. El territorio forcaricense sufre el segundo mayor descenso bruto, con casi un centenar de vecinos menos.