Pasó ya en el mandato del tripartito y ocurre ahora bajo el gobierno del PP: el ejecutivo de Rodeiro no consigue aprobar los presupuestos del año en curso dentro de plazo. Los de este 2017 se llevaron a pleno para su aprobación provisional el pasado 28 de noviembre, y a partir de ahí se abrió un plazo para presentar alegaciones.

Desde el BNG su portavoz, Alberte Lamazares, decidió no elevar ningún alegato, sobre todo para no dilatar aún más este retraso. En un comunicado, indica que ayer se cerraba ese período para emitir consideraciones, pero que desde su partido se optó por no presentar nada "por varios motivos". Lamazares hace memoria y apunta que el alcalde, Luis López, echa mano de su mayoría absoluta para "votar siempre en contra de las propuestas de la oposición". Y, haciendo cálculos, considera que el presupuesto de este año ya no va a entrar en vigor, "por lo que López le achacaría al BNG esa responsabilidad" si se presentasen alegaciones que habría que estudiar y responder. El presupuesto dispone de solo dos días para publicarse en el BOP, cuando lo normal es que tarde más de cinco días en aparecer en este boletín oficial, "a no ser que López tenga enchufe en la Diputación", apostilla Lamazares.

Para el portavoz del BNG, la situación del presupuesto en cuanto a sus trámites administrativos "es vergonzosa", ya que buena parte de los municipios vecinos, a estas alturas, ya tiene aprobada la cuenta para 2018. Para el Bloque, y pese a las explicaciones el alcalde, esto se debe a una maniobra del regidor "para bloquear la acción de la oposición" y evitar cualquier debate.