El cuerpo sin vida del empresario gallego asesinado en México Manuel Teixeira Guerra, de 62 años, fue hallado en la mañana del domingo dentro del maletero de un vehículo con placas de Jalisco. Presentaba al menos un disparo en la cabeza y vestía camisa a cuadros café y bóxer negro, según el periódico mexicano AM, que también relata que previamente había sido encontrado por vecinos de la aldea de Albarradones, que alertaron al número de emergencias 911 en torno a las ocho de la mañana.

El vehículo estaba en el camino de acceso a la hacienda Quinta JW sita a la altura del kilómetro 9 de la carretera León-Comanjilla, en el estado mexicano de Guanajuato. Era un Mazda 6 blanco, con cristales tintados y de placa JML 5967 de Jalisco. Cuando llegaron al punto los policías municipales se encontraron con sangre en el maletero. Al abrirlo descubrieron el cuerpo sin vida del emigrante gallego.

Según el mismo diario, una vez informado el Ministerio Público del hallazgo se personaron en el punto efectivos de la Unidad de Investigación Especializada en Homicidios. Tras extraerlo del maletero, las autoridades lo condujeron a la morgue para practicarle la autopsia, informando de manera preliminar que presentaba un disparo en la cabeza, procediendo a inspeccionar el vehículo por dentro y por fuera, tomando huellas dactilares y tomando una cartulina que había dentro del maletero, sin que se sepa si en ella había un mensaje escrito.

Y precisamente fueron los indicios recabados en el entorno de donde fue hallado Teixeira los que permitieron identificarle. Inicialmente se ignoraba su identidad pero, según informaron a esta Redacción fuentes que tuvieron oportunidad de hablar con su viuda en los últimos días, fue el membrete del sobre de un hotel al que había ido Teixeira a arreglar unos negocios el hilo del que tiró la Policía para contactar con el entorno del empresario soutelano asesinado en México.

Fue un socio de Manuel Teixeira quien le comunicó el hallazgo del cuerpo al hijo del fallecido en la jornada del martes. El joven -a quien su padre le había dicho el viernes que iba a León ir a arreglar unos negocios con unos socios- había hablado por teléfono en la mañana del sábado con Manuel Teixeira. Este le confirmó que ya estaba viajando de regreso a casa. Pero nunca llegó. Su hijo no le dio más importancia hasta que el domingo por la noche intentó contactar con él y no lo logró. Desde ese momento intentó sin éxito saber de él hasta que el martes el citado socio de Manuel Teixeira le informó del hallazgo policial. Junto con su pareja acudió a identificar el cuerpo sin vida del empresario en tanto que su madre -la viuda del fallecido, "destrozada", según fuentes presenciales- y parte de la familia volaban desde Madrid hacia México, sin saber a ciencia cierta lo que se iban a encontrar y qué trámites tendrían que afrontar para repatriarlo si es que finalmente es posible hacerlo.

En la tarde de ayer hora española -en México, todavía por la mañana- de la investigación instruida por la Unidad de Homicidios de la Procuraduría de Justicia del Estado de Guanajuato todavía no había trascendido si se trató de un robo o de un secuestro.

Lo que sí se sabía ya era que el cuerpo había sido entregado por las autoridades a la familia de Manuel Teixeira después de que su hijo y su nuera lo identificasen en la tarde del miércoles. La familia proyectaba llevarse sus restos mortales a Guadalajara, ciudad del estado mexicano de Jalisco en la que tenía radicada su residencia.

Pero de la investigación también han trascendido otros datos. En la entrada al vial donde fue localizado el vehículo en cuyo maletero estaba el empresario soutelano se halló un sobre amarillo roto con manchas de sangre que rezaba "Repartido 800.000", que también fue guardado por el perito policial.

La tragedia que atenaza a esta familia tiene conmocionados a los vecinos de Beariz (donde nació), Soutelo de Montes y Pontevedra, donde la viuda del fallecido -una soutelana residente en Poio- es muy querida por su condición de destacada colaboradora de la actividad pastoral y catequética de una céntrica parroquia pontevedresa además de llevar años implicada en iniciativas de índole solidaria y benéfica. En cuanto a la cafetería San Francisco que regenta la familia en A Ferrería pontevedresa, ayer continuaba cerrada como llevaba desde el miércoles, con un cartel que aducía motivos personales.

En el entorno familiar de Manuel Teixeira, desolado por su asesinato, se lamentaba ayer que no hubiese atendido a quienes le aconsejaban que regresase a España porque en México "la vida no vale nada". Pero estas mismas fuentes apuntaban a que él, que era "muy trabajador" y ahorrador, nada ostentoso, les tranquilizaba y no tenía miedo porque -aunque tenía negocios del sector de la hostelería y las gasolineras- llevaba una "vida muy humilde".